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Los principios de acción

2014 09 29 Los principios de accion

Los principios de juego son las referencias (intencionales) del entrenador para resolver los problemas del juego y por lo tanto, se expresan en el comportamiento de los jugadores. Procurando definir este concepto Guilherme Oliveira (Anexo 1) nos dice que “el principio es el inicio de un comportamiento  que un entrenador sea cual sea el equipo asuma en términos colectivos y los jugadores en términos individuales”. Por lo tanto, los principios de juego potencian determinados comportamientos.

2014 09 29 Los principios de accion 01 Para clarificar esta idea, tomemos como ejemplo la forma cómo los equipos hacen progresar la pelota en el terreno, ya que este es un problema inherente a la dinámica propia del juego. Dada la necesidad de que el equipo haga  llegar la pelota a la portería contraria, un entrenador apuesta por una progresión a través de pases largos orientados por los corredores laterales del mediocampo adversario, donde se posicionan los extremos. Mientras tanto, otro entrenador quiere que la pelota progrese a partir de la defensa con pases cortos a la  línea de medio campo y así, llegar a zonas avanzadas del terreno. Como consecuencia de estas intenciones, en el primer equipo las referencias son los pases largos para los laterales y en el segundo son los pases cortos entre la defensa y el mediocampo, llevando por esto a una dinámica de juego diferente.  Por lo tanto, los entrenadores promueven una forma diferente de resolver este problema y por esto, los principios de acción (de juego) son distintos.

Así, los principios de juego permiten al entrenador desarrollar determinadas regularidades comportamentales de los jugadores, organizando sus relaciones  e interacciones. De esta forma, privilegia un “orden” en el desarrollo del juego haciéndolo determinístico o sea, hace la previsibilidad incalculable de los acontecimientos en una imprevisibilidad potencial (Frade, 1998).

Apostando por esta idea, Guilherme Oliveira (Anexo 1) establece que a través de los principios de juego el comportamiento del jugador se ha de insertar dentro de un determinado patrón de juego, esto es, dentro de una organización  pre-definida. Así pues, desarrolla una identidad colectiva a partir del abordaje de los principios de juego haciendo con que exprese una invariancia (7) de acontecimientos.

El concepto de invariancia conserva lo que se mantiene constante en la dinámica de un sistema (Stacey, 1995).

De este modo, la Organización del juego es decir,  los principios, hacen que los  hechos del juego se desarrollen en un determinado universo de posibilidades.
Así, el equipo adquiere una propia identidad.

Desarrollando esta lógica, Vítor Frade (2003, en Martins, 2003: XII)  aboga por un modelo de preparación llamada “periodización táctica”. Según este autor, la prioridad se le entrega a la Organización del ataque, la defensa  y las transiciones, y por lo tanto, tiene que ver con la distribución de los principios. En su opinión, se trata de abordar los principios de los diferentes  momentos del juego para que se expresen en la matriz comportamental de los jugadores, es decir, una determinada Organización Colectiva.

LA ORGANIZACIÓN COLECTIVA EN LA EXPRESIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE ACCIÓN. UNA COMPRENSIÓN DE LA TÁCTICA.

2014 09 29 Los principios de accion 02A través de este enfoque, este autor resalta que la Táctica resulta de este concepto de Organización y por esto, comprende una determinada expresión física, técnica y psicológica. En este contexto, la Táctica implica el desarrollo de los principios de acción del equipo que inducen a adaptaciones específicas a nivel físico, técnico y psicológico.

Dado este entendimiento nos damos cuenta de que la exacerbación física tiene un papel subyugado en el desarrollo de las relaciones entre los jugadores para así, crear una entidad colectiva y por lo tanto, una organización. De este modo, esta concepción desafía la Teoría Convencional del entrenamiento ya que esta se preocupa particularmente por las adquisiciones “físicas” de los jugadores en detrimento expensas de un entendimiento colectivo y de las relaciones que lo constituyen.

En afinidad con la concepción “’táctica” se encuentra José Mourinho (cit. Oliveira et al 2006:. 93) quien afirma que su prioridad es que el equipo tenga un conjunto de principios que le den organización al equipo y por lo tanto,  Las preocupaciones técnicas, físicas y psicológicas surgen por arrastre.

Tratando de aclarar este concepto, volvamos al ejemplo anterior, donde  un equipo adopta como principio hacer progresar la pelota con pases largos mientras que el otro lo hace a través de pases cortos. De aquí vemos que los  patrones de ocurrencias, que definen los equipos en cuestión, son diferentes, fruto de una organización. Por lo tanto, las exigencias físicas de los principios desarrollados en cada equipo son diferentes pues en el primero existe predominio de desplazamientos más largos, con el balón jugado al espacio mientras que en el otro, los desplazamientos son más cortos, con cambios de dirección y sentido más frecuentes. Con esto, las adaptaciones bioquímicas y neuromusculares son concretas y por lo tanto, resultantes de la configuración de los principios. Del mismo modo, las exigencias técnicas y psicológicas resultan de estos principios referidos. Teniendo en cuenta esto, la Organización del juego es algo Específico que requiere un conocimiento y dominio de las solicitudes y exigencias que cada “juego” implica, para que su desarrollo sea consistente.

Sin embargo, el carácter de Organización Colectiva tiene repercusiones concretas en cada jugador, por el papel que desempeña dentro del juego.
Como ya mencionamos anteriormente, la unidad colectiva del sistema (la totalidad/el conjunto) no es algo abstracto, sino que resulta de las relaciones e interacciones de los jugadores y, por tanto, un patrón de acontecimientos que hace que los comportamientos de un defensa central sean diferentes a los de un extremo, por ejemplo.

Además, el defensa central en un equipo desarrolla determinadas funciones y comportamientos que resultan de los principios de juego y por lo tanto, en otro equipo son diferentes. De este modo, las adaptaciones que resultan del juego son realmente Específicas, es decir, condicionadas por la función que desempeña en el equipo. Por lo tanto, la Organización del juego  implica un concepto de Especificidad subyacente a los principios de juego que el equipo y los jugadores desarrollan.

En este contexto, Vítor Frade (2004) señala que este enfoque es “auto-hetero” es decir, los comportamientos individuales (auto) no se descontextualizan de lo colectivo (hetero) a través de los principios de acción del equipo. De esta forma, el proceso es “individualista” porque se privilegia (se beneficia) a la calidad individual apoyada en lo colectivo, una determinada lógica del juego.

2014 09 29 Los principios de accion 03En este sentido, Guilherme Oliveira (Anexo 1) establece que así es la única manera que el concepto de Especificidad adquiere una expresión concreta, pues contempla las funciones e interacciones que los jugadores desempeñan en la dinámica colectiva. La Especificidad se basa por esto, en el concepto de globalidad/generalización, que comprende la relación el todo-las partes, contextualizada en una Organización. De este modo, las interacciones  individuales, grupales, sectoriales e intersectoriales que forman la dinámica colectiva no son de carácter general, reconociendo el papel de cada jugador.

Reforzando este pensamiento, Descombes (ref. Kaufmann y Quéré, 2001) establece que la relación el todo-las partes supone un principio de organización que se asume como la primacía lógica del todo sobre las partes. De acuerdo con esta idea, es la Especificidad de las relaciones entre el todo Organizado (el juego) y sus partes (las relaciones de los jugadores) que convierten los fenómenos colectivos significativos, es decir, con un significado. Así, la Especificidad colectiva se configura en los principios de interacción de los jugadores.

De acuerdo con esta perspectiva, la exacerbación del equipo, en cuanto al colectivo, hace que las repercusiones individuales adquieran determinados contornos. Por esto, José Mourinho (en Oliveira et al., 2006:93) afirma  que su prioridad es el rendimiento colectivo, que el equipo juegue como él pretende, agregando además que él no concibe la evolución de un jugador fuera del contexto de equipo. La dinámica colectiva resulta de la participación individual de los jugadores de un modo Específico, es decir, encuadrado por los principios de acción que caracterizan al equipo.

A través de ellos se establece un conjunto de normas y valores sobre los cuales se comprende/se entiende la participación individual, en otras palabras, los jugadores participan en el juego de acuerdo a ciertos principios. Por lo tanto, el jugador es un «Agente normativo”, es decir, los comportamientos resultan de determinadas normas y valores (Ogien, 2001). De acuerdo con esta lógica, los jugadores se apropian de estos valores y principios en el mismo  proceso de socialización o mejor, en las relaciones que establecen con los compañeros en el desarrollo del juego.

La “teoría de agente normativo” se refiere a la existencia de valores y normas comunes en la regulación de los comportamientos individuales (Ogien, 2001). En este sentido, añade que el orden social de las entidades colectivas (por ejemplo, el juego) resulta de la adquisición y la interiorización de estos mismos valores a pesar de la divergencia de intereses, conocimientos, expectativas de sus elementos (Ogien, 2001). De acuerdo con este punto de vista, los jugadores orientan sus comportamientos de acuerdo a los valores institucionalizados en el funcionamiento del equipo. Por lo tanto, el comportamiento individual en las entidades colectivas es condicionado por un marco de conductas, es decir, por los principios de acción (Ogien, 2001).

Con este pensamiento, las interacciones individuales no se limitan a su evidencia, es decir, valoriza su orden social y los motivos internos que condicionan las relaciones con la participación (Fuego, 2001). En este sentido, los comportamientos de los jugadores resultan de las normas y valores interiorizados en el desarrollo del juego y por lo tanto, de los principios de acción que definen al equipo.
Es de resaltar que los principios de acción resultan de una finalidad (propósito), es decir, de los objetivos del entrenador para cada momento del juego (al nivel de las interacciones de los jugadores). Por lo tanto, la Organización funcional (dinámica) pretendida para el equipo determina el camino a seguir en el desarrollo de determinados comportamientos en detrimento de otros.

Teniendo en cuenta esto, nos ocuparemos de otro concepto fundamental en la sistémica: la Finalidad.

 

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