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La intensidad (concentración táctica) y el volumen (fracciones de intensidad máxima relativa acumuladas) para crear un de rendimiento (estabilización).

“Nosotros cuando hablamos de intensidad, hablamos de intensidad de concentración, cuando hablamos de volúmenes, hablamos de volúmenes de intensidad de concentración”

Faria R. (2002 cit. Por Resende, N, 2002)

Intensidad = Concentración Táctica

 

En la “Periodización Táctica” debemos empezar por entender los términos volumen e intensidad desde otra perspectiva a la mayoritariamente conocida.

 

“La intensidad será determinada por el desgaste mental – emocional de un desempeño y no por la acción de desplazamiento”. Nos estamos refiriendo a una intensidad decisional, por lo tanto asociada a la concentración (“concentración táctica”).

 

“La intensidad es fundamentalmente de concentración, porque el juego implica principalmente pensar, y pensar exige estar concentrado”.

 

Para Vítor Frade (1998 cit. Por Rocha en 2000) “la intensidad sólo es caracterizada cuando se asocia a concentración”, y asegura que, “puede ser mucho más intenso un ejercicio menos veloz, pero que implica una articulación determinada, porque exige más concentración”.  Carvalhal, C. (2001) nos lo expone a través de un ejemplo: “si queremos correr una distancia a máxima velocidad, lo haremos con una gran intensidad. Sin embargo, si queremos realizar esa misma distancia con una bandeja llena de copas, y si hiciésemos ese trayecto con la máxima velocidad posible sin que las copas caigan, necesariamente esta segunda acción, a pesar de ser más lenta, tiene más intensidad porque exige más concentración”.

 

La intensidad, entonces, sólo tiene sentido si se asocia a concentración, y la concentración será más exigente cuantas más variables tenga articuladas. Por ello, un ejercicio menos veloz, pero que implique una determinada Articulación (entre Principios y Subprincipios) podrá ser mucho más intenso, porque exige elevados índices de concentración.

 

Volumen =Fracciones de Intensidad Máxima Relativa acumuladas

 

Tampoco el volumen, dentro de la “Periodización Táctica”, será entendido como en otras Metodologías de Entrenamiento.

 

Para Vítor Frade (2000 cit. Por Resende, N. en 2002) se debe privilegiar el trabajo de intensidad en relación al volumen”. Y aclara que, “el volumen, tiene que ser el volumen de las intensidades, esto es, el crecimiento de las intensidades o el aumento de las intensidades que me interesa”, y no el volumen como cantidad de trabajo.

 

También opina lo mismo Garganta, J. (1991 cit. por Carvalhal, C. en 2001) y defiende que, “el trabajo debe incidir más en la intensidad, una vez que cuando se trabaja más en volumen existe el riesgo de alejamiento de la forma deportiva”.

 

La consecución de un <<nivel>> de rendimiento: estabilización en detrimento de progresión

 

“La estabilización de un nivel de rendimiento óptimo se consigue a partir de la institucionalización de un patrón semanal de entrenamiento – relativo a los contenidos, a la recuperación, a los regímenes, al número y duración de las unidades de entrenamiento – y su estabilización”. Para los autores, “se trata de construir una dinámica semanal y de mantenerla a lo largo de la temporada, desde el periodo llamado preparatorio (pretemporada)”.

 

Se trata, por tanto, de crear una dinámica de trabajo semanal, y mantenerla desde el principio, desde la pretemporada, hasta el fin de la temporada, respetando de este modo otro de los principios que forman la “Periodización Táctica”: el Principio de Estabilización, y diferenciándose así del resto de Metodologías de Entrenamiento.

 

La “Periodización Táctica”, basada en el Principio de Estabilización, entrena desde el primer día de la segunda semana (ya que la primera semana es de adaptación al esfuerzo Específico del <<juego>>) a intensidades máximas relativas, pues exige concentración en la adquisición de los Principios y Subprincipios, así como en sus Articulaciones, que le irán dando cuerpo al Modelo de Juego pretendido.

 

 

UN PATRON SEMANAL DE ENTRENAMIENTO EN BUSCA DE LA ESTABILIZACION: EL MORFOCICLO PATRON

 

 

El Morfociclo Patrón: una obra realizada partido a partido

 

“El entrenamiento es el principal medio para crear la competición y el juego que queremos… la competición también es muy importante porque nos da indicaciones para reformularnos permanentemente lo que tenemos que hacer en el entrenamiento”

Oliveira, J. (cit. por Gomes, M.a En 2006)

 

Mourinho, J. (cit. por Gaiteiro, B. en 2006) nos habla de lo mismo cuando dice que, “el entrenamiento, en toda y cualquier circunstancia, pudiendo ser o no de forma significativa adquisitivo (de crecimiento cualitativo del jugar), tiene que tener siempre una relación íntima con aquello que queremos para el juego (y por tanto específico). Por eso yo, cuando planifico la semana de trabajo, lo hago con antecedencia y de una forma global, teniendo en cuenta aquellos que son mis principios de juego fundamentales.

 

Principio de Progresión Compleja. Principio de las Propensiones y Principio de Alternancia Horizontal Específica (encargado de ecuacionar la relación esfuerzo – recuperación) en la formación del Morfociclo Patrón.

 

Como venimos diciendo en todo el libro, las preocupaciones de la “Periodización Táctica” se basan en el <<jugar>>, por lo que los objetivos de los entrenamientos son siempre tácticos, basados en el Modelo de Juego pretendido, cumpliendo el Principio de Principios, el de Especialidad.

 

El llamado Principio de Alternancia Horizontal Específica. Es preciso que suceda una alternancia horizontal al nivel del tipo de contracción dominante, según variables de tensión, duración y velocidad, sin dejar por ello de existir Especificidad. “Esta alternancia acontece horizontalmente a lo largo del Morfociclo”. Es horizontal porque “resulta de alternar lo que es dominante de entrenamiento a entrenamiento y no entre ejercicios de la sesión”, lo que permitirá que no aparezca sobreentrenamiento. Para Vítor Frade (2007) este principio significa “estar siempre en Especificidad sin estar en el mismo nivel de Especificidad”.

 

Es este Principio el encargado de regular la relación existente entre esfuerzo y recuperación. Según Resende, N. (cit. por Gaiteiro, B. en 2006) “en términos biológicos, no es posible que un organismo se esfuerce constantemente en el mismo registro, solicitando todos los días las mismas cosas del jugar”. Por lo que los diferentes Principios y Subprincipios, deberán clasificarse, pasando a entrenarse en el mismo día de los que trabajen las mismas estructuras (los que precisen de las mismas exigencias), no siendo un día igual a otro durante la semana en cuanto a esfuerzos se refiere, permitiendo la regeneración de las estructuras ya trabajadas.

 

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