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Hábitos e Intenciones para una forma de jugar

Nuevos hábitos… nuevas intenciones… nueva forma de jugar.

«Nosotros creamos hábitos para el mantenimiento de la forma deportiva del equipo, que se traduce en un frecuente «jugar bien» » José Mourinho (2005e)

El proceso que lleva a la construcción de un jugar comprende entonces, como hemos visto, un proceso de aprendizaje, una adquisición de nuevos hábitos que a su vez determinará intenciones conscientes e inconscientes de una naturaleza muy particular–es a este futuro que el entrenador pretende llevar el equipo. Sin embargo, este proceso que envuelve la compleja «maquinaria» cuerpo-mente de los jugadores no siempre es tan simple como parece. Como refiere Goleman et al. (2002: 104) el comprende muchas veces una «doble tarea: Romper o deshacer hábitos no deseados y reemplazarlos por otros, que son de mayor valor» Porque recuérdese que cada jugador trae consigo una historia propia y, como hemos visto, la construcción que el jugador hace de aquello que percibe es dependiente, entre otras cosas, de esta misma historia.

Según Goleman y otros. (2002: 142) «La corteza pre-frontal es particularmente activa cuando la persona tiene que prepararse para evitar una respuesta habitual» en ese período de tiempo en el que puede vetar una intención en la acción desajustada, tal como describieranSiriguy Lafargue (2004). La corteza pre-frontal estimulada refuerza el «foco» del cerebro (la concentración) en lo que está aconteciendo (Goleman et al 2002;Lafargue y Sirigu, 2004) para que en las tales 200 milésimas de segundo de lapso, elpueda rechazar la acción si éstano es conforme a las intenciones previas (Sirigu, 2005).

Goleman y otros. (2002) también hacen hincapié en que cuanto mayor es la «activación preparatoria”, es decir, la formación de una memoria explícita (intención previa) acerca del comportamiento pretendido, la persona mejor se desempeñará en la tarea. Esta opinión es apoyada por Santos (2003, cit. Por Fernandes, 2003) que dice que «para que un jugador tenga una disponibilidad correcta yconcentrada en el ejercicio es necesario que él perciba que la realización de este ejercicio evidencia la necesidad de algo”. Es decir, requieren una noción concreta del o lo(s) principio(s) de juego que acrediten el juego en aquella situación y su articulación con el tipo de juego que se pretende.

Un ejemplo de esto es ilustrado porMeira (2005) al respecto de cuando jugaba en el Benfica entrenado por Mourinho «nos decía [a los centrales y centrocampista defensivo] que si el jugador [avanzado en oposición] tocaseel balón, nos tiraba a los tres del equipo (…) el entrenamiento fue muy duro, pero el jugador no tocó el balón. En el juego siguiente, con Farense, ganamos 1-0 y el avanzado de ellos (…) no tocó el balón. Aprendimos la lección». Aparte de la exposición clara de los objetivos en cada ejercicio, el otro factor que figura como esencial durante el mismo–es la retroalimentación del entrenador y / o compañeros de trabajo. Desdeel punto de vistade Goleman et al. (2002: 143), «se necesita dedicación y refuerzos (recordatorios) constantes para mantener el foco en reversión de estos hábitos».

Así que, para que exista un proceso de reversión y adquisición de hábitos es fundamental encontrar un camino correcto. Para Goleman y otros. (2002: 116), «siempre que las personas tratan de cambiar sus hábitos de pensamiento o acción, necesitan revertir décadas de aprendizaje que residen en los circuitos nerviosos muy (intensamente) utilizados». Este autor también señala que «la adquisición de nuevos hábitos refuerza ciertos caminos entre las neuronas, e incluso puede estimular la neurogénesis. La nueva forma de pensar, sentir y actuar parece poco natural al principio (…) En términos neurológicos, forzamos el cerebro a recorrer un camino menos utilizado»(Goleman et al 2002: 157). Pero dice también que «es posible mejorar mediante la adopción de tres pasos: Tomar de conciencia de los malos hábitos, practicar deliberadamente alternativas más adecuadas y ensayar el nuevo comportamiento siempre (cada) que haya oportunidad – es decir, para dominarlo completamente, a través del aprendizaje implícito»

Los estudios demuestran que el nuevo comportamiento exige,al principio, un «esfuerzo» del cerebro muy grande, particularmente la corteza pre-frontal (Jensen, 2002; Goleman y otros, 2002;.Lafargue y Sirigu, 2004). A medida que el nuevo comportamiento es aprendido, al parecer, a través de TEP*, menos áreas del cerebro son utilizadas para el desarrollo (Jensen, 2002: 30).

 

Es decir, el cerebro se vuelve más eficiente y responde con mayor rapidez ya que sus intenciones inconscientes se desencadenan en consonancia con lo que se busca en las largas horas de entrenamiento, tal lo ilustra Pacherie (2005) con el ejemplo del pianista.

Pero esto puede llevarnos un problema que el juego nunca reproduce fielmente las mismas situaciones del entrenamiento y viceversa, del mismo modo que jugar al fútbol no es lo mismo que tocar el piano. E incluso en el entrenamiento, en cada repetición de la misma situación puede haber diferencias por pequeñas que sean, derivados del hecho de que el fútbol es una modalidad o deporte abierto. Sin embargo, nuestro cerebro se rige esencialmente por los patrones de representación (Damasio, 1994), que el cerebro reconoce casi siempre de manera inconsciente, para poder reaccionar (Rocha y Corrales, 2005). Sin embargo, para que en el juego haya un alto grado de identificación con determinados patrones de situaciones es necesario que los jugadores ya las hayan experimentado en el entrenamiento, ya que todas las experiencias de la vida son contextualizadas a través de elementos sensoriales (Jensen, 2002).

Mourinho (2005e) dice, al respecto de su proceso de entrenamiento, que «es toda una cuestión de comportamiento! (…) Nosotros creamos hábitos para el mantenimiento de la forma deportiva del equipo, que se traduce en un frecuente «jugar bien». » Es decir, el autor sostiene que se trata, claramente, de la calidad en la práctica, el énfasis exclusivo de aquello que tiene que ver con su estilo de juego. De esta forma, hará que sea más fácil para los jugadores identificar estos patrones

* Tomografía por Emisión de Positrones – es un medio tecnológico bastante sofisticado que permite visualizar las regiones cerebrales que tienen mayor consumo de glucosa, es decir, que tienen mayor actividad

y actuar en conformidad. Damasio (2000) sustenta (apoya) también esta posición al afirmar que cuanto más vivenciamos (experimentamos) situaciones relacionadascon un determinado objeto (p.ej. el principio de juego) más fácilmente percibimos que podemos actuar sobre él, porque las diferentes regiones cerebrales acceden masfácilmente a la imagen de dicho objeto. Como refiereCarvalhal (2003, cit. Por Tavares, 2003) a propósito de esta repetición sistemática, del entrenamiento y del aprendizaje, ella permite «liberar la conciencia de los jugadores a un nivel superior (más alto) (…) entró en el subconsciente [los principios], ya no pensamos en aquello, y estamos liberados para una cosa más compleja».

En resumen, el proceso de reversión (anulación) y adquisición de hábitos, que tiene que ver con una determinada forma de jugar, requiere por esto una sistematización muy grande. Como adelanta Valdano (1997: 55), «como el fútbol es un juego de hábitos, el tiempo es un factor importante. Un club es una familia donde se disfruta y carece de continuidad. “Primero para construir una forma de jugar y, luego para mantenerla. Porque una vez aprendidos los nuevos comportamientos, ellos deben continuar siendo ejercitados, de lo contrario, corremos el riesgo de un retorno a los viejos hábitos (Goleman et al., 2002). De mantener el conjunto de hábitos que modelan la forma de jugar de un equipo a lo largo de una temporada y sin grandes fluctuaciones (oscilaciones, variaciones), resulta el mantenimiento de la «forma deportiva» del que Mourinho (2005e) hablaba.

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