La rehabilitación acuática es la utilización del agua con fines terapéuticos y preventivos, mediante la práctica de ejercicios y movilizaciones específicas.Se realiza en piscinas climatizadas, aprovechando así: los efectos térmicos, a temperaturas que oscilan entre los 31º a 37º C; y las propiedades del agua, principalmente las relacionadas con la presión hidrostática y la fuerza de flotación.
Es habitual relacionar la actividad acuática con ejercicios suaves, sin demasiado requerimientio energético y más bien relajantes. Se cree que para realizar un adecuado entrenamiento aeróbico es necesario correr o andar en bicicleta, y perdemos de vista que el agua es un medio exelente para éste tipo de entrenamiento, además del entrenamiento de fuerza, coordinación y equilibrio fundamentalmente cuando el deportista está imposibilitado de realizar trabajo de campo y con descarga de peso.
A diferencia del medio terrestre, en el agua, la principal fuerza que actúa sobre el organismo es la flotación y no la gravedad(*). Esto es muy fácil de comprobar. Si nos sumergimos en una pileta, experimentaremos la sensación de ser más livianos, y más aún, si buceamos hacia el fondo, en éste caso, a veces, se hace difícil mantenerse sin ser "empujado" hacia arriba. Arquímedes fue el que estudió ésta propiedad, y enució su principio: " todo cuerpo sumergido en el seno de un líquido sufre un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del líquido desalojado".
La flotación genera un efecto antigravitacional, provocando una pérdida aparente del peso corporal de acuerdo con el nivel de inmersión, ésto disminuye la fuerza de compresión axial en las articulaciones y libera las mismas propiciando un efecto analgésico y facilitando la capacidad de movimiento. Así se explica por qué en el agua, se pueden realizar movimientos y ejercicios muy difíciles de hacer fuera de la piscina y trabajar en ángulos, rangos de movimiento, y gestos deportivos, precozmente y sin riesgo.
Por ejemplo, en un post quirúrgico temprano de rodilla o un esguince moderado a grave de tobillo donde el paciente llega realizando una marcha con descarga parcial de peso (muletas), dentro del agua puede realizar una descarga total, ya que el peso q reciben sus articulaciones, es sólo el peso de la parte de su cuerpo que queda fuera del agua; de ésta forma ya estamos estimulando una marcha normal rápidamente, además de trabajar la movilidad (asistida por la fuerza d flotación) y favoreciendo a la reabsorción del edema por la presión hidróstatica. Tempranamente cuando el caso así lo permite, comenzamos con ejercicios aeróbicos, nado, trote con resistencia y saltos donde el impacto es mínimo. Si el paciente sabe nadar se realizan trabajo de natación terapéutica conforme con las capacidades y niveles de exigencia a los que esté sometido el deportista.Para trabajos de fuerza y resistancia se utilizan dispositivos externos muchos de ellos antihidrodinámicos para optimizar e incrementer dichos trabajos.
Algunos efectos fisiológicos de la inmersión son:
Algunas de las lesiones deportivas más frecuentes q trabajamos en pileta:
Entre la indicaciones de la rehabilitación acuática, además de las lesiones relacionadas con el deporte, podemos mencionar:
En todos los casos se realiza un programa de rehabilitación, medido, dosifidado, prograsivo, y en contacto con los demás profesionales que intervienen en la recuperación del deportista.
(*)William, E., Prentice, "Técnicas de rehabilitación en Medicina Deportiva", Ed. Paidotribo 3º edición, Barcelona 2001
Lic. Laura Cuello Lic. Juan Manuel García
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Institución argentina que desde hace más de veinte años se especializa en el desarrollo y dictado de programas de capacitación y actualización profesional para entrenadores de fútbol.