Este articulo pretende extractar algunas frases y pensamientos sobre una idea de juego de Juan Manuel Lillo, el entrenador que mas influyo en la filosofía de juego Pep Guardiola.
Si no has leído la primer parte te invitamos a hacerlo aquí.
Táctica
Todos hablan de sumar las capacidades de los jugadores, nadie habla de complementarlas. Esta equivocación se produce porque el ser humano busca seguridad y previsión, queremos saber lo que va a pasar y no invertimos tiempo en saber lo que pasa, excepto desde el dato cuantificado, porque todos hablan de control, de medición y de jerarquización. Por mucho tiempo que te pases golpeando al balón con el pié contra la pared, no vas a jugar mejor al fútbol. Se está empleando un paradigma que para refrendar el conocimiento controla, hace tests y gira alrededor de la ley de causa-efecto. Desde una conceptuación lineal, entendemos que si hacemos determinada cosa ocurre otra, sin embargo, olvidamos que los organismos vivos no estamos organizados así.
Entendiendo la táctica como esa concepción global, el entrenador no puede elegir nada. Lo que sí puede hacer el entrenador es organizar las configuraciones adecuadas por las que plasmen una serie de comportamientos más habituales. Se trata de una configuración táctica para que se produzca un lenguaje común con el que todos nos entendamos, pero al final la última decisión de ese hecho es tanto del futbolista que vuelve a convertir las situaciones en imprevisibles. Todo esto hay que reconfigurándolo continuamente.
Todos los equipos tienen que manejar los repliegues y posicionamientos defensivos en cualquier zona del campo. Asimismo, todos deben manejar todos los tipos y las formas de organizar el ataque para poder utilizar el adecuado cuando la situación lo requiera.
El rendimiento del equipo resulta de la coordinación de sus jugadores, no de la simple suma. Estamos ante un deporte de equipo en el que la colaboración es colectiva y se ejerce ante una oposición también colectiva. La suma de las acciones individuales que ejecuta cada jugador no se traduce en rendimiento competitivo, este rendimiento se produce con la coordinación adecuada de las acciones y movimientos de todo el equipo.El jugador es el dueño de la táctica, esto lo considero una máxima que llevo indicando desde hace mucho tiempo. Y es asíporque considero que la verdadera táctica es la capacidad de los jugadores para tomar decisiones durante el juego. Partiendo es esto debemos concluir que el entrenador debe facilitar esa toma de decisiones de sus futbolistas con entrenamientos bien desarrollados y con planteamientos tácticos acordes a las potencialidades de su equipo. El entrenador entrena y plantea, el jugador toma decisiones y ejecuta.Cuando hablamos de variantes tácticas nos referimos a diversos posicionamientos defensivos dentro de la situación de defensa y a diversos tipos de ataque dentro de la situación de ataque. Sin embargo, pienso que deben saber desarrollarse todos los posicionamientos defensivos y todas las formas de atacar.Hay que entrenar todos los tipos de ataque para que durante el partido se aplique el que más convenga a la situación que en cada momento se estéproduciendo.
El ataque representa uno de los momentos fundamentales del juego del fútbol. Teóricamente la posesión de balón representa el punto de partida del ataque. Pero un ataque se prevé en la forma defensiva adoptada y en las actitudes de los jugadores. El ataque se apoya en los siguientes principios: conservación del balón cuando es recuperado, progresión hacia la portería contraria, consecución de un gol o remate. En función de estos principios de articularán todas las acciones colectivas e individuales.
Inmediatamente después de la recuperar el balón, el objetivo fundamental es progresar en dirección a la portería contraria de forma rápida y eficaz, con el objetivo de hacer gol. Para ello se necesita el desequilibrio de la organización defensiva del rival y la creación constante de condiciones favorables para el remate. Siempre hemos de tener presentes tres conceptos esenciales relacionados con la progresión: recuperamos el balón por un lado para salir jugando por el otro, es mejor un pase atrás claro que uno inseguro hacia delante, para ser profundos antes hay que ser amplios.
Puede decirse que la situación de ataque comienza antes de la recuperación del balón. El equilibrio ofensivo está basado en todos los movimientos que realizan los jugadores que no intervienen directamente en el momento defensivo para preparar el momento ofensivo. Se trata de movimientos que, pese a no estar en posesión del balón, tienen los objetivos de no perder la ocupación racional del campo, estar en condiciones de realizar inmediatamente un ataque, preparar mentalmente el momento ofensivo ocupando espacios vitales del juego que pueden utilizarse para iniciar el ataque y obligar a los rivales a que estén más preocupados de defender que de atacar.
Estoy de acuerdo totalmente. Lo que pasa es que a la gente le cuesta mucho sobrar por detrás. Esto ya no se produce ni con los centrales porque cuando tiene el balón un lateral, los centrales ya están a su altura y siempre están esperando que le juegue hacia delante. Actualmente los de atrás no se la juegan y los de arriba se las juegan todas. Y si los de atrás no juegan y los de arriba se la juegan, ¿qué podemos hacer para jugar al fútbol? Cuando un futbolista te dice que no se va a complicar la vida, es que se la va a complicar a los demás. Una de las maneras para que el equipo juegue es aprovechar el espacio que hay detrás del balón porque esto es lo que da sentido a los centrocampistas. Los centrocampistas adquieren sentido cuando los de delante pueden jugar para atrás y los de atrás pueden salir jugando para que los centrocampistas reciban en las mejores condiciones y con
la menor cantidad de rivales a su alrededor.
Según la situación del juego, en función del lugar en que robemos el balón y teniendo en cuenta la posición de los rivales, puede interesarnos temporizar con el balón para conservarse o progresar hacia la portería rival o buscar una situación de remate a gol.Al robar el balón ejecutamos las acciones y movimientos de ataque, pero antes de apoderarnos del balón podemos preparar en cierta medida el ataque posterior con algunos jugadores que estén lejos de la zona activa de juego y que no puedan intervenir directamente defendiendo en ese instante.Se valora mucho la rápida salida de la línea defensiva achicando desde atrás muy rápidamente como algo fundamental ante cualquier situación. Pero resulta que si un compañero que estámás arriba con balón no tiene espacio por delante necesita espacio por detrás para jugar. El rival puede mandar delante del balón debido a la Regla del Fuera de Juego, pero por detrás de la línea del balón mandamos nosotros, y con movimientos de nuestra última línea podemos hacer más grande o más pequeña la zona total de juego. Con la salida rápida y mal medida de la línea de fondo, muchas veces se quita espacio por detrás a compañeros con balón que están situados un poco más arriba.Nos organizamos defensivamente para robar el balón al rival o evitar su progresión o defender la portería propia, pero en cierta medida también podemos organizarnos para atacar posteriormente con posicionamientos de algunos jugadores alejados de la zona activa y que en ese instante no pueden defender directamente. Como un planteamiento genérico y global, ¿El posicionamiento defensivo de nuestro equipo puede depender de nuestras características para atacar?
Yo me planteo la pregunta de la siguiente forma concreta: ¿puedo preparar mi organización defensiva pen- sando también en cómo voy a atacar? En los movimientos y las acciones jugadas creo que no, pero espacialmente sí puedo colocar a mi equipo en función de las características de mis jugadores. Esto se ve muy claro con el contraataque y el repliegue. Si cuento con delanteros rápidos, tengo buenos lanzadores y juego frente a un equipo que se lanza muy arriba cuando tiene el balón, me puede interesar obligar al rival a cruzar la divisoria. O sea, que sí puedo organizarme un poco defensivamente para luego atacar, pero en el aspecto espacial, porque en la acción concreta me parece una quimera. ¿El posicionamiento defensivo de nuestro equipo puede depender de nuestras características para atacar? La respuesta es sí, pero sólo desde la perspectiva de la ocupación espacial.
Entrenamiento
Ante todo hemos de partir de un hecho esencial, y es que cada futbolista se autoconfigura de forma diferente. Para unos son mejores unas cosas y para otros son mejores otras cosas, además de que para uno mismo pueden ser mejor unas cosas en un momento que en otro momento. Lo que tengo muy claro es que en el fútbol no se puede trabajar nada individualmente, ni la técnica ni la táctica. Considero que no existe la técnica individual ni la táctica individual, porque en el fútbol no hay nada individual. La propia construcción del futbolista es una construcción colectiva, el futbolista se ha construido jugando, ninguno se ha construido solo. A partir de que se han construido contextualmente, ya no hay táctica individual. Cada acción que realiza un jugador es para una acción posterior. Y todo ello se hace en función de aconteceres anteriores.
Lo primero que debe hacerse es aceptar la complejidad. Esto significa, ni más ni menos, aceptar la incertidumbre y convivir con ella, ser consciente de que no voy a tener una solución para las cosas. Hay que convivir con la incertidumbre de la vida cotidiana y con la incertidumbre que el juego plantea. No se trata de intentar descifrar todo y de poner nombre a todo. Partiendo de estas premisas, hay una función metodológica detrás del modelo estructurado para optimizar la hipercomplejidad en la que estamos sumidos, para que se optimice estructuralmente cada día mejor y para que se juegue mejor al fútbol. Para
Para la planificación de las sesiones y las tareas, además de los modelos de entrenamiento, hemos de contar con los métodos de enseñanza. Dentro de ellos tenemos métodos directivos y métodos activos. Al primer grupo corresponden el mando directo, la asignación de tareas, la enseñanza recíproca y la enseñanza individualizada. Al segundo grupo corresponden el descubrimiento guiado y la resolución de problemas. Creo que todos ellos, tanto los del grupo de directivos como del grupo de activos, tienen su cabida en el entrenamiento del fútbol, aunque los métodos activos son los más adecuados para el desarrollo táctico al tratarse, en definitiva, de la toma de decisiones de los jugadores.Para toda la planificación de tu entrenamiento partes siempre de la persona, del jugador. En esencia, partes de la estructura de la que estamos compuestos los seres humanos y en eso basas tu metodología. Tu modelo es la adaptación y aceptación mental de las situaciones por parte de las personas. Lógico y racional planteamiento, pero en realidad resulta enormemente compleja la manera de proceder de cada uno. ¿Cómo se aplica esto en la práctica diaria de entrenamiento?
que los jugadores, a través de esto, mejoren su capacidad de juego. Por otra parte, es necesario analizar el juego jugado por el jugador, no el juego que el entrenador tiene construido para él. La forma de plasmarlo en el campo de entrenamiento es a través de muchas situaciones simuladoras preferenciales.
La táctica, para mí, es todo uno. Hay una sola laguna en la metodología de entrenamiento: no entrenarlo como un todo. Esta es la auténtica laguna, el verdadero error. Está claro que la forma de hacer las cosas es lo que da sentido a las estructuras condicionales y coordinativas, y la forma de hacer las cosas es la táctica. Lo que da sentido en la ejecución de las cosas globalmente es la táctica. La carencia en el análisis del juego y en su metodología de entrenamiento reside en no verlo todo desde un sentido global, contextual; del todo, no de la parte.
En esto reside uno de los valores. Tienen una influencia fundamental la estructura socio-afectiva y la estructura emotivo-volitiva. Resultan más visibles la estructura condicional y la estructura coordinativa, por eso se han impuesto sobre las otras, pero únicamente porque las explicamos mejor y con ellas podemos hacer dictadura de nuestros conocimientos. La adaptabilidad a la variabilidad es conjugar todas esas estructuras que están ahí y no marcar modelos cerrados de entrenamiento y de conducta. Ni se debe ni se puede imponer un entrenamiento premeditado de manera taxativa, siempre hay que observar como está la gente. En algunos casos puede que haya que dar la vuelta a todo y no hacer nada de lo que se tenía previsto. Cada entrenamiento tiene que ayudar a optimizar todas las estructuras.
Sucede que el conductismo y el mecanicismo imponen modelos y el hecho de imponer un modelo supone poner un límite. El conductismo y el mecanicismo atentan contra el principio de libertad del ser humano. Separar y trocean. Son válidos para los deportes individuales, donde las condiciones son estables y la interpretación es homogénea. Su paradigma clásico es la reproducción de modelos por evolución contras-
tada. Tengo que decir que yo creo mucho en la ciencia, ya que la ciencia y la filosofía han caminado de la mano porque, de no ser así, no se hubiera producido la evolución humana. Pero no soy adscrito a que las leyes de la ciencia sean las leyes que rijan todo. Frente a todo esto tenemos un paradigma ecológico, y las teorías ecologistas proceden de muchas ramas científicas y de sus relaciones, no nacieron de la casualidad. El conductismo nos ha llevado a situaciones absurdas por querer sesgar, dividir y fracturar para que cada uno encuentre su puesto de trabajo. Y como luego todo el mundo quiere seguir manteniéndose, se desmarca del objetivo global diciendo que su objetivo particular está cumplido. Cada uno busca su espacio para darse significado a símismo.