Llegado a este punto entendemos que existen dos mundos en uno. Fútbol y prevención, prevención y fútbol, primero la salud y luego la optimización del jugador de fútbol.
El soporte del entrenamiento del jugador es la reproducción en el día a día de las circunstancias contextuales de la competición, es decir, estímulos de competición (variabilidad, velocidad y carácter imprevisible de las acciones con alto grado de exigencia coordinativa) trasladado al entrenamiento, tanto en el campo (situaciones especificas de juego) como en el gimnasio (entrenamiento funcional).
Mientras en el terrenos de juego el protagonismo es para la lógica del juego (balón, compañeros, rivales, cooperación y oposición, fases del juego….), en el gimnasio el jugador se centrara en fortalecer y potenciar las cadenas musculares que estabilicen y optimicen sus posibilidades de movimiento sobre el terreno de juego. La fusión del trabajo funcional, la estabilidad articular, y el control postular, con la fuerza de carácter predominante excéntrico son la base del trabajo preparatorio.
Factores a tener en cuenta para diagramar los entrenamientos:
Entrenamiento Colectivo: basado en actividades que fomenten los hábitos conceptuales necesarios para desplegar un modelo de juego, actividades que se alejen lo menos posibles de la esencia del juego mismo.
Entrenamiento Individual: realizar un diagnostico previamente, donde podremos observar si existen inconvenientes posturales, desequilibrios musculares, déficit condicional, y todo aquello que pueda brindar información que ayude planificar un entrenamiento individual y personalizado con una rutina para que cada jugador pueda trabajar sobre la prevención de lesiones y optimizar o potenciar sus cualidades naturales.
Entrenamiento Cognitivo: este aspecto apunta a complementar los conocimientos intelectuales del deportista mediante la observación de vídeos, sobre jugadas propias o ajenas a modo de ejemplo, comprensión de textos sobre conceptos trabajados en el campo, escuchar charlas sobre distintos temas relacionados a los buenos hábitos personales, nutrición, adicciones, higiene, valores, liderazgo, gestión de emociones, relaciones socio-afectivas, etc.
No alcanza solo con los minutos de entrenamiento de campo, debemos aprovechar el tiempo y ofrecerles a los jugadores todas las herramientas necesarias para su optimo desarrollo deportivo-personal, mas que nunca pensamiento y operatividad sistemica, debemos pensar en el todo que se necesita para alcanzar una alta performance.
Prof. Quique Cesana
Director de GrupoEkipo