Resulta interesante observar en nuestro medio como también en otros aún con un mayor poder económico destinado a los equipos de fútbol, la coexistencia de métodos de entrenamiento diametralmente opuestos, más allá del advenimiento que significó para cualquier docente o entrenador el internet y las multimedios con su capacidad de enterarnos rápidamente de que se está haciendo hoy en materia de entrenamiento en los grandes equipos del mundo.
Quizás lo más difícil de todo resulte el gran cambio de mentalidad, el cuestionarse aún cuando las herramientas que estamos utilizando todavía nos dejan el sabor de las mieles del éxito en nuestros paladares, para que cambiar todo aquello que no entregó seguridad y cobijo durante tanto tiempo?.
Al hombre siempre le ocurre que desea copiar el éxito más que nada por comparación, sin razonar que cada triunfo tiene su propio contexto, sus propias circunstancias y avatares que lo hicieron único e irrepetible, que quizás no vuelva a darse o si se repite es porque los demás no lograron adaptarse, siguen emulando la formula cuando lo importante es resolver el nuevo ejercicio.
Es como copiarse del que está al lado en una prueba de matemáticas, la formula es esa, pero mis números son diferentes. Quiero decir que aunque existan deseos de ocultar, la cosa es a “libro abierto”, igual sucede en fútbol, creo, es cuestión de analizar lo que estamos viendo, hacer nuestras elecciones (principios y sub- principios) desarrollando la propia experiencia.
Muchas veces vamos clínicas o lugares donde observamos reducidos o mini-partidos donde proponen distintas finalidades, por ejemplo “variantes de ataque y definición” en medio campo ofensivo, un 10 (4-3-3) Vs 8 (arq.+4+3). Este último equipo se para (por necesidad) al borde de área, como única tarea abortar los ataques rivales que se suceden sin solución de continuidad. Al cabo de unos diez minutos no hubo goles y si bastante frustración en los que atacan. Más allá de realizar buenos movimientos en desmarque etc., etc...
Viendo esto me surge la pregunta, si el entreno no podría haberse llamado mejor, “posesión de pelota frente a un rival en zona” o “estimulación para remates fuera del área”. Ahora bien, si al equipo que defiende le agregasen consignas como: #Achicar después de cada ataque. #salir en transición ofensiva luego de recuperar. #búsqueda de un objetivo (fijo o móvil) más allá de mediocampo rival. #sostenimiento del balón con 6 pases, si no llegan a 6 pases restricción en la vuelta de efectivos para entrenar defender en inferioridad numérica, etc., etc.
Como paradoja estas consignas serían benéficas para la supervivencia del trabajo tanto como del equipo atacante (al que se busca ejercitar), pues espacios y circunstancias pasarían a ser muy diferentes. El mismo ya debería ocuparse de realizar: #transiciones ataque/defensa.#creaciones rápidas de zonas de presión.#temporizaciones y demás. Todo lo cual correspondería mucho más a las condiciones aproximadas al juego real. Nadie juega hoy en día sin pensar que puede atacar y dejar sus espaldas impunemente descubiertas. Nadie puede jugar después de recibir un gol o dos metido en la propia área, defendiendo con ocho jugadores (salvo eliminatoria por goles).
Es bueno hacer un análisis de lo necesario para que mi equipo funcione, por eso más que nada es bueno saber si lo que estoy entrenando tendrá algún valor o aprendizaje duradero. Saber si se da el principio de las “propensiones” deseadas en los diferentes lances. Suponemos que es el día donde abordamos la “dinámica completa del juego”. En cuanto a lo puntual preguntarnos si el equipo al que voy a enfrentar juega de la forma que lo está haciendo mi “sparring” circunstancial, ya que el morfociclo va de semana a semana, rival a rival.
Sin razonar el porqué de las cosas únicamente podremos “imitar o repetir”, claro que existen imitaciones muy buenas en el rubro que sea, en algunos procesos de aprendizaje estas todavía sean importantes. Aún así se trata de un juego de interacciones complejas, se muestra tal como es más allá de nuestros esfuerzos tácticos en deformarlo, mantendrá su “naturaleza continua” [defensa-transición-ataque-transición] como un perro mordiendo su cola. Por lo tanto lo más importante no es evadir, sino entrenar la eficacia en ese círculo continuo.
Se trata de construir nuestro propio modelo de juego ?...Si, aunque pueda caer como petulante o pretencioso es un dato de la realidad, quienes no entrenan con el método de la “Periodización Táctica” también construyen su propio juego? Claro que sí, todos los equipos lo hacen, de un modo u otro buscando una identidad. Lo útil es saber si la manera en que proponemos y fragmentamos el entreno es o no de beneficio para los que juegan. De allí la importancia que tiene lo llamado “Específico” conteniendo a esos cuatro momentos del juego.
Como cierre, no se trata de soluciones mágicas, si interpretamos a un equipo de fútbol como un sistema vivo seguramente muchas “variables humanas” determinarán el trayecto e influirán el proceso. Como opinión personal veo este método como una “guía” bastante fidedigna. En todo caso, es bueno pensar, dudar, razonar, investigar y experimentar.
JAVIER GRAZIOTTIN
Director Técnico
Institución argentina que desde hace más de veinte años se especializa en el desarrollo y dictado de programas de capacitación y actualización profesional para entrenadores de fútbol.