La buena comunicación entre el entrenador y el jugador es vital para el éxito del equipo. Debe recordar que cada jugador es distinto y su enfoque debe tener esto en consideración: Por ejemplo algunos jugadores responderán ante un enfoque sereno, persuasivo y amistoso, mientras que otros reaccionarán mejor ante un conjunto de instrucciones firmes, sin apelativo.
PRINCIPIOS DE COMUNICACIÓN Comprender el mensaje
No basta con decir algo a los jugadores.
El entrenador tiene que comprobar que su mensaje es comprendido por todo el grupo.
Emplear palabras sencillas y tan pocas como sea posible.
Aquellos jugadores que no capten el mensaje deben acercarse individualmente al entrenador, para lo que necesitan confianza. Instrucción positiva
Los entrenadores deben ser claros y positivos cuando hablen con los jugadores, nunca desmoralizadores, derrotistas o imprecisos.
No sirve de nada decir que algo se está haciendo mal si no se les explica por qué y cómo pueden corregirlo.
Ello no significa que los futbolistas no hayan de recibir críticas. Tienen que recibirlas pero éstas han de ser constructivas.
Debe haber interacción entre la comunicación verbal y no verbal.
En algún comentario no evaluar a los propios jugadores, sino a sus comportamientos: Diga mejor: “ La decisión que tomaste fue equivocada” que decir “Cómo te equivocaste de este modo, Juan” Implicación del jugador
La comunicación mutua entre el entrenador y los jugadores, donde las ideas y las preguntas son compartidas es, generalmente, muy productivo.
Alentar a los jugadores a discutir asuntos aumentará su conocimiento del juego y les motivará para que mejoren su rendimiento.
El riesgo de la discusión consiste en que los jugadores hablen demasiado, o hagan preguntas negativas o ilógicas.
MÉTODOS DE COMUNICACIÓN
Existen varios métodos de comunicación que podemos emplear con los jugadores, pero éstos deben tener en cuenta factores tales como la personalidad del jugador, el motivo para comunicarse con el jugador y el objetivo, y el mejor lugar y circunstancia.
EL MANDO
Método eficaz cuando el tiempo apremia y los jugadores necesitan información rápida y sencilla.
El entrenador debe ser claro y preciso en sus instrucciones, diciendo al jugador exactamente lo que ha de hacer.
La conversación
Diálogo relajado en el cual ambas partes pueden airear sus puntos de vista.
Con frecuencia un jugador se sincerará más de lo que lo haría en la charla formal del
equipo, donde puede verse inhibido.
A jugadores tímidos o carentes de confianza se les puede ayudar con las técnicas de
preguntas y respuestas o las de desafío.
La charla del equipo
Se transmiten asuntos más serios e inmediatos por parte del entrenador en un sistema unidireccional sin muchas interrupciones.
El tono de voz y el habla deben cambiar según las necesidades del momento y el objetivo.
Han de ser planificadas con antelación reflexionando mucho sobre su enfoque, estilo y contenido.
Análisis del partido
El entrenador puede proporcionar información basada en los hechos, de forma objetiva, analizando detalles sobre el rendimiento de los jugadores.
Ello debe realizarse con cuidado para que no lo tomen como una crítica personal.
Debe persuadir y asegurar a los jugadores que se hace para mejorar el rendimiento individual y grupal.
Debe analizar cuestiones que impliquen a un gran número de jugadores (mediocampo, defensa,...)
Demostración visual
Para informar y comunicar ideas, el entrenador puede utilizar soportes visuales, (tablón de anuncios, vídeos,...).
Comunicación durante el partido
Es fundamental que los jugadores se transmitan unos a otros información fiable rápidamente durante el partido.
Los mejor situados suelen ser el portero o los jugadores de la defensa.
El entrenador debe dedicar algún tiempo para asegurarse de que los jugadores están familiarizados con este tipo de comunicación.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Hay que ser cuidadoso al hacer declaraciones a la prensa después de una pésima exhibición del equipo.
Evitar críticas a jugadores concretos en público.
No criticar nunca a un jugador o equipo con el que nos enfrentaremos pronto.
En ciertos casos, infravalorar las posibilidades del equipo puede ser psicológicamente acertado pues ayuda a dar al contrario una falsa sensación de seguridad y por tanto quita algo de presión a su propio equipo.
LAS CHARLAS AL EQUIPO
Charla táctica
Dos horas antes del partido, de forma clara y sencilla y no durar demasiado.
Palabras de ánimo antes del partido
Para que sean eficaces deben ser frescas e inspiradoras.
No pronunciar las mismas palabras semana tras semana, incluyendo demasiados fragmentos de información de última hora.
Deben atender tanto a individuos como al conjunto.
No mencionar nunca debilidades del jugador, sino hablar positivamente.
Charla en el descanso
Durante este periodo debe conseguir toda la atención de los jugadores.
Debería intentar comunicarse con los jugadores que supongan una posible amenaza para el equipo.
Debe mantener sus emociones bajo control y emplear cada minuto con eficacia, yendo directamente al grano.
Debe valorar clara y objetivamente lo que está yendo mal con respecto a individuos concretos y al grupo, y qué va a decir y hacer para arreglarlo.
Debe procurar que los jugadores te escuchen y entiendan lo que les dice.
Un error grave puede ser decirles que lo están haciendo muy bien.
Puede precisar cambios tácticos, sustituciones o asesoramiento sobre si un jugador puede aguantar hasta el final.
Encuesta sobre el partido
¿Debemos desahogar nuestro enfado con los jugadores cerrando el vestuario tras un mal partido?
El entrenador suele estar en mejor posición cuando todos han tenido tiempo para serenarse.
TRABAS A LA COMUNICACIÓN
Hablar demasiado
Hábitos discursivos
Discurso ilógico
Pregunte a los jugadores
“Muchas cosas son dichas sin que sean escuchadas... muchas cosas son escuchadas sin que sean dichas”
Signos de los jugadores
Alejarse mientras hablamos.
Cruzarse de brazos.
Desviar la mirada del entrenador mientras habla.
Dibujar una línea imaginaria con los pies entre ellos y el entrenador.