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Sensibilidades y estilos

José A. Caldeira
Instructor Nacional de Futbol
Director Técnico Nacional de Fútbol
Escritor

Por las imágenes del continente y el mundo continúan paseándose el marfileño Drogba y sus dientes más refulgentes que en ninguna ocasión. La alcanzada gloria arribó desde un esquema defensivo, ultra y un poco más. No obstante, en este santificado deporte suele potenciarse de vez en cuando una robusta idea que pregonan los pragmáticos “al que triunfa siempre le asiste la verdad“. La frase sintetiza un dogma tan controversial como muy pocos.

Claro está que a los músculos hay que adicionarles cerebro e inspiración y a estos la contribución indefectible de la fortuna. Los magníficos servicios de PetrCech y de Didier Drogba rubricaron la conquista. El delantero del equipo azul igualó el partido a 120 segundos del cierre reglamentario. El alargue no hizo más que confirmar el excelso momento del arquero, quien le contuvo un penal a Arjen Robben, levantando el segundo certificado de defunción en la final de la máxima competición europea. Ya en situación de instancia definitoria, Cech atajó dos y cuando el árbitro portugués Proenca Oliveira habilitó la ejecución de Drogba, el balón pegado al palo reavivó una vez más los debates sobre disimilitudes de gustos y estilos. Los números, fríos al fin, dirán que los alemanes del Bayern patearon veinte tiros de esquina, mientras que los ingleses apenas uno. Que la posesión favoreció por un elevado porcentaje de diferencia a los jugadores de JuppHeynckes, como así en los remates en pos de vencer el arco adversario, pero en definitiva el Allianz Arena la euforia terminó activándose del lado británico.

¿Tendencia ofensiva o eficacia pura?, ¿arte defensivo o verticalidad atacante?, ¿toque y audacia o agruparse con inteligencia para salir rápido? Sensibilidades distintas y enfrentadas, cuando la congruencia requeriría un equilibrio ecuánime tan complejo de hallar.

En tiempos donde el caudal afectivo pertenece casi unánimemente al Barcelona, mayúsculo siempre, y más colosal aún con el maravilloso Lionel Messi, hay orgullos heridos que quisieron exhibir que existen otros procederes para ganar. Real Madrid y Chelsea, o Mourinho y Di Matteo, por un instante tienen razón, aunque el escenario planteado obliga al ineludible interrogante ¿podrán sustentarlo en el tiempo? Esa será la gran incógnita a develar en el cosmos de la pelota.

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