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Los Valores de un equipo – Parte III

Actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante en la vida, cuando lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos.


El entusiasmo, esa capacidad de contagio de alegría, de tener ganas de hacer cosas, de ser capaz de luchar, de luchar hasta el final, de luchar más que el otro. El entusiasmo es un valor absolutamente imprescindible. Con entusiasmo se puede lograr cualquier cosa, sin entusiasmo es imposible lograr las cosas.

La verdadera importancia del entusiasmo reside en que éste es contagioso, es decir, una persona entusiasta rápidamente, va a generar entusiasmo con todo el mundo que esté alrededor. Pero ¡cuidado! que la ausencia de entusiasmo también es contagiosa. Por eso es tan importante exigir al equipo entusiasmo, porque como haya 3 ó 4 jugadores que estén faltados de entusiasmo, poco a poco, van a ir también contagiando al resto.

Tenemos que procurar que siempre haya más jugadores entusiastas, que generen entusiasmo, y nosotros debemos ser los primeros que debemos estar así.

Recordad que insistí mucho en que para motivar a los jugadores hay que mostrar una personalidad entusiasta, porque ésta contagia, no sólo el mensaje, sino físicamente puede contagiar a los jugadores. Entonces, nosotros tenemos que ser los primeros entusiastas, generar entusiasmo para contagiar a unos cuantos y que éstos, contagien al resto.

Nuevamente, éste es uno de los factores críticos de la sinergia, es decir, si queremos jugadores que contagian este entusiasmo de deseo de hacer más las cosas, tendremos que los que rendían a 9, ese día van a poder rendir a 6…a 10, los que rendía a 6 van a pasar a 9 y van a 10. Con entusiasmo, con esas ganas de mejorar siempre, vamos a conseguir que, lo que en un grupo sumaría un resultado determinado, en un equipo sea capaz de sumar no sólo el valor máximo de los jugadores sino aumentando por lo que genera el entusiasmo.

El Entusiasmo te permitirá persistir, insistir, resistir y nunca desistir. Nada puede reemplazar la determinación. Una vez que estás decidido a lograrlo, lo conseguirás, nunca falla.

 

 

¿Creemos en nosotros?

El siguiente valor es la confianza.

Generalmente ganamos la confianza de aquéllos en quienes ponemos la nuestra.

La confianza hace, que los jugadores realmente deseen expresar todo su potencial. La confianza se basa en la capacidad percibida por cada uno de los jugadores sobre su capacidad de hacer realmente las cosas.

Cuando tenemos confianza en nosotros mismos, probamos más cosas, jugamos con más intensidad, arriesgamos un poco más, hacemos con más seguridad otras cosas que sabemos; sin embargo, cuando nos falta confianza lo primero que cortamos son todas las actitudes de riesgo porque tenemos miedo a fallar, miedo del qué dirán, miedo de no hacerlo bien.

Sin riesgo es muy difícil que haya victorias.

Siempre tenemos que arriesgar, entendiendo que arriesgar no es apostar, no es hacer locuras arriesgar. Arriesgar es, hacer cosas difíciles sabiendo que te has preparado para hacerlas.

¿Cómo podemos nosotros incidir en la confianza?

Si somos capaces de hacer ver a los jugadores qué cosas están haciendo bien, eso les va a generar confianza. La confianza en realidad, es como una mesa, con patas, cada pata da estabilidad a la mesa, cada pata da estabilidad a la confianza. Una pata es, cada vez que un jugador ha hecho algo bien, y además que se ha dado cuenta.

Entonces, si nosotros durante las sesiones de entrenamiento o en nuestros comentarios con los jugadores, sólo hacemos que criticarles, en realidad, lo que estamos haciendo es quitar las patas de esa mesa, y cada vez se va a volver más frágil hasta que sea muy fácil que se derrumbe.

Por esta razón, tenemos simultanear tanto las críticas o las correcciones con los halagos o los elogios, especialmente, de las actuaciones técnicas y tácticas que tengan los jugadores.

Actuando así, cada vez introduciremos una pata nueva debajo de la mesa y cada vez este jugador tendrá más confianza.

La Confianza es una poderosa energía. Se apoya en la firma esperanza y proporciona seguridad, optimismo, bienestar, alegría. La confianza nos hace más fuertes, más libres y también mejores. Por el contrario, el recelo lleva al temor, al ,malestar, a la insatisfacción. La duda, la inquietud, nos reprime, no nos deja actuar, dificulta que tomemos iniciativas, nos paraliza, sufrimos.

 


¿Estamos unidos?

El siguiente valor importante es la cohesión.

La cohesión es una de las características que le brinda a un grupo mayores ventajas, tanto en estructura como en funcionalidad, le permite alcanzar sus metas más rápida y satisfactoriamente, de modo que su membrecía manifiesta sentimientos de pertenencia, los esfuerzos para alcanzar sus logros son compartidos, resulta fácil la identificación con sus objetivos y se establece una atracción hacia y dentro de él.

¿Qué factores pueden favorecer la cohesión?

Pues fíjate, en la medida en que el jugador vea satisfechas las necesidades de las que hablábamos en la motivación, eso va a favorecer su cohesión en el grupo; en la medida en que ellos mismos perciban el compañerismo que hay en el equipo, eso va a seguir favoreciendo su cohesión.

Si el equipo es ganador, si el equipo alcanza prestigio, si el equipo tiene un cierto reconocimiento social, esto va a seguir favoreciendo la cohesión.

Si él, percibe que tienen un cierto estatus dentro del equipo por la importancia que nosotros vamos dándoles, alternado la distribución de tareas, eso va a favorecer también la cohesión.

La cohesión hace que el equipo esté unido y refuerza y fomenta todos los valores que hemos hablado antes.

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