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El entrenamiento de la velocidad de decisión

Luego de haber presentado en el artículo anterior algunos aspectos, teóricos, prácticos y metodológicos acerca de la velocidad de decisión-ejecución, nos enfocaremos en esta oportunidad en los fundamentos que hacen a la velocidad de decisión exclusivamente.

La mayoría de las publicaciones acerca de la velocidad en el futbol están orientadas a explicar que sucede y que deberíamos hacer para mejorar la velocidad de aceleración, de ejecución, de realización  o motriz, es decir; aquella cualidad que le va a permitir trasladarse al jugador desde un punto a otro en el menor tiempo posible o lograr mi 100% de velocidad en el menor tiempo. De esta manera encontramos mucha bibliografía con ejercicios, métodos, técnicas de fuerza, fuerza explosiva o velocidad así como las bases para el aumento del rendimiento en este aspecto.

En esta ocasión veremos cuáles son los principales tips que pueden ayudarnos a la optimización de la velocidad de decisión, la velocidad mental o de reacción de nuestros futbolistas.

En líneas generales estaríamos hablando de lo mismo al decir; decisión-ejecución, reacción-aceleración, cognitivo-motriz, percepción-realización.

 

INTRODUCCION

El futbol está vinculado permanentemente al desarrollo de  situaciones complejas donde se debe tener cuenta, el espacio, tiempo disponible, cantidad de rivales, posición del balón, posición de compañeros, lugar del campo de juego,  etc.; e  incluso el resultado o si estamos en condición de local o visitante.

En los deportes individuales, las decisiones tomadas deben asegurar llegar antes, saltar más alto, lanzar más lejos. En este tipo de entornos, en la mayoría de las ocasiones, las decisiones están tomadas de antemano y cuando el deportista tiene que actuar, lo hace según esta previsión. Aunque los planes generales de acción probablemente se habrán establecido con anterioridad al enfrentamiento, el futbolista  tiene la posibilidad de tomar decisiones durante el encuentro, tratando de sorprender al contrario, por lo que el futbol,  representa una situación compleja, suponiendo un gran desafío en términos de toma de decisiones.

Las habilidades motrices que tienen lugar en los deportes de equipo se caracterizan, principalmente, por la necesidad de adaptarse al entorno cambiante donde se desarrollan. Por tanto, en la realización de este tipo de tareas, además del componente técnico de la ejecución motriz, se requiere por parte del jugador el empleo de conductas tácticas, que permitan una actuación competente en cada momento del juego (Contreras, De la Torre, y Velázquez, 2001). Son las habilidades motrices denominadas abiertas, predominantemente perceptivas o de regulación externa (Poulton, 1957; Knapp, 1963; Singer, 1980). Las habilidades abiertas requieren un nivel de atención selectiva para permitir la percepción y el procesamiento de todos los estímulos significativos para alcanzar la decisión óptima (Tenenbaum, Yuval, Elbaz, Bar-Eli, y Weinberg, 1993).
El futbol, demanda en el jugador una alta actividad perceptiva y de toma de decisiones. Por esta razón, los aspectos relacionados con la táctica individual son relevantes en la formación de jugadores, siendo un contenido fundamental a desarrollar mediante el entrenamiento deportivo.
El jugador competente desarrolla una serie de mecanismos cognitivos y emocionales antes y
durante el proceso de toma de decisiones, que determinarán su posterior actuación. Por tanto, la
toma de decisiones es una actividad que se ve influida por aspectos racionales y también por
factores emocionales (Iglesias, Moreno, Ramos, Fuentes, Julián, y Del Villar, 2002; Iglesias,
Moreno, Fuentes, Julián, y Del Villar, 2003).

El modelo tradicional de procesamiento de la información establece tres procesos secuenciales
en el desarrollo de una acción motriz: percepción, toma de decisiones y ejecución del movimiento
(Abernethy, 1996; Abernethy, Kippers, Mackinnon, Neal y Hanharan, 1997). Sin embargo, la
ejecución del movimiento es solamente una parte del desarrollo, siendo importantes los procesos
cognitivos de percepción y toma de decisiones en la actuación deportiva.
Thomas y Thomas (1994) indican que el desarrollo de habilidades que implican movimiento, primero, suponen un sistema de procesamiento caracterizado por un alto déficit de tiempo. Este hecho se pone de manifiesto en  los jugadores cuando tienen que tomar decisiones rápidas sobre su actuación. Segundo, el “saber cuándo” y “cómo” no implica llevar a cabo satisfactoriamente una tarea. Este aspecto es lo que hemos escuchado de muchos entrenadores acerca de la “Lectura del juego”.
Knapp (1963) afirmo que podemos dividir el rendimiento en juego, diferenciando componentes cognitivos y de destreza. Los componentes cognitivos incluirían el conocimiento y la toma de decisiones, mientras que el componente de destreza se correspondería con la ejecución motora.

Es aquí donde hemos encontrado nuestro concepto velocidad de decisión (conocimiento y toma de decisiones) – ejecución (destreza motora).
El futbol requiere de una atención y nivel de percepción calificada; como también un rápido y eficiente sistema de elaboración motriz. Esta es otra afirmación con distintos vocablos pero que suponen el mismo proceso decisión-ejecución.


VELOCIDAD DE DECISION: es el tiempo mínimo necesario transcurrido desde que se recibe el estímulo hasta que aparece la respuesta motora adecuada para una situación de juego.

 

EL PROCESO DE TOMA DE DECISION

Para mejorar la velocidad de decisión es indispensable la participación y entrenamiento del sistema nervioso central (SNC), para producir cambios en las acciones motoras.

El sistema nervioso central y en particular la corteza cerebral son centros de interpretación de los estímulos llevados a la misma por todo el sistema sensitivo.

El SNC se divide en 3 áreas:

  1. Cortical
  2. Subcortical
  3. Espinal

En el primero se pueden utilizar grandes cantidades de información, debido a su capacidad de memorización; pero las respuestas son inmediatas.

En el segundo y tercer nivel el efecto es contrario, es decir, poca capacidad de memorización pero respuestas más veloces. De las funciones de la corteza, en cambio, dependen los movimientos más coordinados y controlados.

De los centros subcorticales, dependen los movimientos estereotipados producidos a nivel subconsciente (automatismos). Por último, a nivel de médula están los reflejos espinales simples.

Todo esto nos permite entender que existen 2 tipos de soluciones o respuestas en la elaboración de datos recibidos del SNC. Una es automática, la otra consiente o razonada. Por lo tanto las ejercitaciones deberán dar prioridad a estos dos aspectos.

La función motora, está ubicada en la corteza cerebral, nuestra corteza se llena de estímulos y de información a través de cinco vías principales, los sentidos, estos son los encargados de darle pistas al cerebro y todo el conjunto de informaciones requeridas a través de las cuales sabrá cuál es el músculo que se debe mover.

Por lo tanto entra el estímulo por los sentidos va hacia la corteza cerebral por medio de los impulsos nerviosos, a través de las conexiones. Una vez llegada la información a la corteza cerebral se responde ante los estímulos con el movimiento del músculo que se quiere (Ortiz, 2001).

Desde la aparición del estímulo hasta su recepción en centros nerviosos superiores habrá ya una conducción bioeléctrica del dato sensorial. A partir del impulso motor en la corteza cerebral habrá un nuevo recorrido por vías eferentes hasta que la orden de actuación llegue al músculo. Las vías aferentes son aquellas que transmiten el impulso nervioso de fuera a dentro de los centros nerviosos superiores. Y una vez tratada allí la información recibida y elaborada la respuesta motriz, el camino opuesto lo realizan las vías eferentes

Factores que influyen en el proceso:

La motivación. El hombre percibe fundamentalmente lo que le interesa.

La memoria. Junto a los comportamientos instintivos e innatos existe un repertorio (la memoria) de movimientos aprendidos que continuamente se retroalimenta en contacto con la experiencia.

La toma de decisiones está mediatizada por las estructuras de conocimiento almacenadas en la memoria.

Los estudios de retención y alteración de la memoria han apoyado un modelo, usado frecuentemente, de almacenamiento de la memoria en fases. La entrada de información al encéfalo se procesa en un almacén de memoria a corto plazo. Éste tiene una capacidad muy limitada (poco más de una docena de elementos) y, si no hay repetición, dura sólo un período de minutos. La información es transformada posteriormente, mediante algún tipo de proceso, en un almacén a largo plazo, más permanente. Un sistema de “búsqueda y recuperación” busca en el almacén de memoria y permite que se pueda disponer de la información para tareas específicas.

Las memorias implícitas o que implican realización de movimientos involucran al cerebelo, a la amígdala y, en formas sencillas de aprendizaje, a los sistemas sensoriales y motores específicos activados por la tarea. Parece ser que el hipocampo es sólo un depósito temporal de la memoria a largo plazo.

En última instancia transfiere la información al córtex cerebral para su almacenamiento duradero.

El conocimiento: Tomar decisiones apropiadas en cada una de las diferentes situaciones de juego es tan importante como la ejecución de las destrezas motrices utilizadas para llevar a cabo las acciones decididas. Los sujetos que manifiestan un reducido conocimiento del deporte que practican, muestran una baja calidad en las decisiones tomadas en situaciones reales de juego (French y Thomas, 1987).
Se sugiere que los jugadores expertos poseen un conocimiento más elaborado y sofisticado que los jugadores noveles. Los expertos no sólo saben qué hacer en una gran variedad de situaciones, sino que también saben cómo y cuándo aplicar este conocimiento y reproducirlo en acciones apropiadas (Singer y Janelle, 1999). Resultados de investigaciones han mostrado que los expertos difieren de los noveles en la cantidad y el tipo de conocimiento que poseen, y en la forma en que esta información es utilizada, lo que se traduce en tomas de decisiones rápidas y acertadas, así como también una anticipación superior a los movimientos y acciones del contrario, aportando soluciones más apropiadas y creativas a los problemas que les plantea el juego (Sternberg y Horvath, 1995).

Los analizadores. Son un conjunto de estructuras para recibir, codificar, transmitir y recodificar la información que reciben del medio y la propioceptiva. Los analizadores más importantes son:

Analizadores cinestésicos

Informan de la posición que se ocupa en el espacio y sobre la calidad de los movimientos.

Los movimientos en el fútbol son monitoreados internamente por los jugadores. Los órganos sensitivos dentro de los músculos, articulaciones y tendones proveen de información acerca de sus movimientos al sistema de procesamiento central. Esto es llamado comúnmente sentido muscular o sentido cinestésico. A medida que se realizan los movimientos, la información enviada al sistema de procesamiento central es utilizada para monitorear los movimientos y evaluar las posibles modificaciones a realizar. A la vez que ocurre esto, se utilizará otra información proveniente de fuentes externas para monitorear el proceso.

Analizadores músculo tendinosos

Están constituidos por los husos neuromusculares y los corpúsculos de Golgi, que son responsables de la regulación refleja del tono postural, vigilan el grado de estiramiento y de tensión muscular.

Analizadores vestibulares

Están localizados en el oído interno e indica la posición de la cabeza en el espacio y la aceleración angular y lineal)

Analizadores visuales y acústicos.

Analizadores táctil-prensorio

Analizadores térmicos y dolorosos

La acción de estos analizadores se potencia a través del entrenamiento. Todas estas operaciones condicionan, sin duda, la velocidad de decisión.

La orientación del hombre en las acciones motoras se realiza mediante una actividad muy compleja que llevan a cabo los analizadores que posibilitan tener una ajustada representación de la posición del cuerpo y/o de sus segmentos en el espacio, como así también del desplazamiento de los mismos.

Para aprender las destrezas, son importantes las acciones de los bucles de retroalimentación externa e interna. En el bucle interno 1) las terminaciones nerviosas en la piel le dicen al jugador acerca del contacto con el balón, 2) los receptores cinestésicos en las articulaciones controlan el ángulos articular, 3) los husos musculares informan acerca de los cambios en la longitud del músculo y 4) los aparatos tendinosos de Golgi informan de los cambios de tensión en el tendón. La calidad de este mecanismo es obviamente hereditaria. En el sistema de retroalimentación externa los sistemas visual y auditivo desempeñan los roles más importantes.

En los partidos y en las prácticas los jugadores toman decisiones en relación a su objetivo global, asistido por estímulos perceptuales provenientes de varias fuentes. De acuerdo con sus experiencias anteriores estos estímulos pueden o no tener significado alguno. También se produce un proceso de selección de manera que toda la información irrelevante es desechada. El jugador recepta solamente los estímulos perceptivos importantes los cuales provienen de su vecindad inmediata. Todos los elementos perceptuales que pueden proveer información para su decisión acerca de pasar el balón o no, o en qué dirección, a quien,  etc., serán aceptados como información significativa.

Clasificación de los estímulos

Según su naturaleza, el estímulo puede ser de diferente tipo: visual, auditivo, táctil y kinestésico. Un golpe de palmas o la clásica voz de “ya”, el también habitual “toque” en el hombro o el movimiento de bajar la mano son ejemplos de los estímulos señalados que utilizamos habitualmente. (Los estímulos auditivos y táctiles son los de más rápida transmisión).

Todos los tipos de estímulos deberán aparecer en el entrenamiento de la velocidad de reacción durante la iniciación deportiva; pero, poco a poco, en el entrenamiento específico predominará aquel que más frecuentemente se dé en la actividad deportiva, en el caso del futbol los de índole visual.

En el futbol el estimulo es índole compleja, esta encubierto, o es necesario interpretarlo entre varios posibles; y asimismo la acción consiguiente también es selectiva (una entre varias posibles, la más adecuada ante la situación planteada). Su desarrollo es fundamental  para apoyar la preparación técnico y táctica del futbolista.

Según Zatziorski se puede distinguir entre tiempo de reacción simple y tiempo de reacción complejo. Otros autores hablan de tiempo de reacción premotriz y tiempo de reacción motriz.

Tiempo de reacción simple

Es el tiempo que separa una excitación sensorial de una respuesta motriz que el sujeto conoce ya de antemano. En este tiempo se encuentran cinco fases:

1. Tiempo que tarda el receptor en captar el estimulo. Este depende de la capacidad de concentración del sujeto.

2. Tiempo que tarda el estimulo en recorrer la vía aferente es decir desde el receptor hasta la zona del cerebro (de acuerdo al tipo de estimulo).

3. Tiempo de elaboración de la respuesta. Es decir la elección de la respuesta más adecuada de las que el individuo tiene en su memoria,  esta es la más susceptible al entrenamiento.

4. Tiempo que tarda el estimulo en recorrer la vía aferente hasta la placa motora, con la respuesta elegida.

5. Es el tiempo que tarda en estimularse el músculo, en iniciarse la contracción. También se lo denomina tiempo de reacción motriz, o tiempo latente (Grosser). Es lo que tarda en actuar la acetilcolina en iniciar el proceso de contracción muscular, varía de acuerdo al tipo de fibra, grado de tensión, viscosidad y temperatura del músculo. Los tiempos de reacción varían también de acuerdo al tipo de estimulo que los provocan y el receptor especifico.

Tiempo de reacción discriminativo o complejo

Es una variante del tiempo de reacción que se presenta continuamente en la actividad deportiva. Se conforma por una gran cantidad de estímulos y de diferente origen que se presentan y a los cuales el individuo debe responder. En el tiempo de reacción discriminativa el jugador no sólo debe realizar la toma de decisión y ejecutarla, sino también elegir entre una gran cantidad de respuestas posibles. Se ponen aquí en juego la precisión, la sincronización,  la secuencializacion de la acción y la anticipación. Cobran una importancia definitoria todas las capacidades coordinativas.

 

Jalaber y Garganta manifiestan que las interacciones entre el sistema perceptivo con la velocidad de realización se organiza alrededor de 3 ejes:

  • Selección de información.
  • Relación entre las informaciones
  • Reorganización sensorial del control del movimiento.

 

EL ÉXITO DE LA VELOCIDAD DE ACELERACION O EJECUCION PARA LLEGAR ANTES QUE EL RIVAL A UNA SITUACION, DEPENDE EN PRIMERA INSTANCIA EXCLUSIVAMENTE DE LA VELOCIDAD DE REACCION O DECISION Y NO DE  LA FUERZA MAXIMA/EXPLOSIVA/RECTIVA  DE NUESTRAS PIERNAS.

 

EJERCICIOS PARA EL DESARROLLO DE LA VELOCIDAD DE DECISION O REACCION

Driles o juegos reducidos y velocidad sin pelota: en todas las situaciones la velocidad de decisión va integrada con la de ejecucion

 

 

 

 

A le pasa la pelota a B, que en base al movimiento de E (defensor), pasará la pelota en dirección a C (como en este caso) o a D.

 

 

A le pasa la pelota a B, siempre y cuando este permanezca sin marca. En el caso que el defensor F se traslade en dirección a B, el pase lo recibirá D.

 

 

Partido 3 vs. 3, 4 vs. 4 o más. 4 colores diferentes, x € vs. v + . Reglas: no se puede pasar la pelota a un compañero con igual color de camiseta.

 

 

 

Partido 3 vs. 3, 4 vs. 4 o más. Se juega en 3 campos de iguales dimensiones, cada uno es denominado con un color: por ej. Rojo, blanco y verde. El profesor tendrá en la mano cartones con los mismos colores de los campos. Por lo tanto, si levanta el brazo con el cartón verde, los 2 equipos se trasladarán velozmente a ese campo, para continuar de este modo el partido. Las reglas se pueden adaptar al nivel de los jugadores.

 

 

Ejercitaciones sin pelota

En parejas, el pf ubicado de frente con cartones de colores y según señale los jugadores deben reaccionar y acelerar 15 mts (tipo competencia). Si levanta color verde corren recto, si levanta rojo van cruzado y si levanta azul corren hacia su derecha. Se pueden introducir variantes en la salida.

 

CONCLUSIONES

 

  • Durante muchos años los preparadores físicos invertimos mucho tiempo en el entrenamiento de la velocidad de aceleración, creemos que es tiempo de agregar una cuota de equilibrio y compensar con trabajos que entrenen el cerebro  en conjunto con las piernas.

 

  • Por otro lado debemos tener la suficiente información y creatividad para diseñar ejercicios específicos y motivantes que mejoren la velocidad de decisión-ejecución.

 

  • Por lo tanto, este tipo de acciones se deben enseñar desde edades tempranas y trabajar la concentración entendida como esfuerzo de comprensión y adaptación a situaciones de juego. Esto permitirá en base a una combinación razonada de estímulos diversos, llevar a cabo más eficazmente el trabajo con los futbolistas.

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