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Cultura Táctica

Estos valores y las prioridades, a las que nos hemos referido anteriormente, una vez establecidas, tiene que ver en el juego con aquello a lo que Frade (1990, cit. Para Freitas) llama la «cultura táctica», es decir, «una guía de opciones de acción, que se refiere al conjunto de valores y percepciones que surgen del cuerpo de significados creados [en el entrenamiento y el juego]». Y esta cultura, entendida en términos en que Giddens (1989) la define como «los valores que comparten los miembros de un grupo determinado, las normas que se aplican y los bienes materiales que producen», significa que una cultura de juego está más allá del modelo de juego definido por un entrenador. Como lo mencionó Goodenough (1957) «la cultura no es un fenómeno material, no consiste en cosas, personas, emociones o conductas. Es más bien una forma de organización de todo esto. Es la forma de las cosas que las personas tienen en su mente, los modelos de cómo las perciben, de cómo las relacionan e interpretan».

Cuando en un equipo determinado el conjunto de hábitos que apoyan una determinada forma de juego se encuentran asimilados de una forma consistente por los jugadores que lo constituyen, entonces se dice que tienen una cultura de juego propia, una identidad.

Del análisis de los capítulos anteriores se resumen algunos de los temas que parecen ser fundamentalespara que los jugadores puedan adquirir estos hábitos, esta cultura relacionada con una forma determinada (particular) de jugar:

Es necesario que haya un «espacio» donde los comportamientos pretendidos puedan aparecer;

 

  • Los temas de aprendizaje han de estar conscientes de lo(s) comportamientos(s) involucrados en situaciones de aprendizaje (ejercicios) para poder direccionar el «foco» de su cerebro y regular las posibles emociones en conflicto ;
  • Se debe mantener el «foco» del cerebro en este comportamiento durante el ejercicio y son necesarios «recordatorios» constantes para ayudar a mantener esta focalización;
  • Hasta que estos comportamientos sean aprendidos, se convierten en hábitos, debe haber una repetición sistemática que requiere mucho
  • tiempo. Cuanto mayor sea la sistematización más eficiente se hace el proceso;
  • Los «mecanismos» inconscientes, entre los cuales están las emociones, cuando se modelan por esta repetición sistemática convierten las decisiones más eficaces y más rápidas;
  • Las emociones tienen un papel decisivo en la concentración y por lo tanto en el aprendizaje, debido a los marcadores somáticos, pero también en la formación de intenciones inconscientes condicionando fuertemente las tomas de decisiones;
  • Después de aprendidos los principios, la ejercitación se debe mantener para evitar que este nuevo hábito retroceda y la nueva modelación emocional (cultura) pueda seguir jugando a favor de los nuevos comportamientos.

 

Y ¿cómo es que esto se consigue? ¿Cómo se operacionaliza toda esta modelización? Para poder crear una cultura, Faria opina de la siguiente manera (2002, cit por Resende, 2002.): «Si tú deseas instalar un lenguaje común con las normas, principios, una cultura de juego, un modelo de juego (…) es esencial que esto se haga a través del juego», refiriendoque para que ocurra esto es necesario en el entrenamiento situaciones que permitan a los jugadores estar identificados con aquello que se quiere que sea la competencia (el juego), o sea,se logra a través del «entrenamiento específico» de este modelo (tipo) de juego.

Sin embargo, este concepto es polémico ya que el mundo del deporte no tiene una decisión clara, ya que parece que hay diferentes concepciones sobre lo que es la «especificidad» (Rocha, 2000). Por lo tanto, nos parece pertinente proceder a un enfoque sobre esta controversia.

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