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El juego que se construye

«El fútbol no es un fenómeno natural, es un fenómeno que se construye»

Vítor Frade (2004)

 

En el fútbol, como en los demás juegos de deportes colectivos, el rendimiento tiene una dependencia multidimensional. Sin embargo, la dimensión táctica parece condicionar particularmente el aporte de los jugadores (Garganta, y Maia Marques, 2002). Esto porque, el análisis de las situaciones y las capacidadesde ellos para dar respuesta depende delos conocimientos tácticos de los jugadores (Guilherme Oliveira, 2004). Según el mismo autor, «el juego parece requerir del jugador tres formas diferentes de manifestación de los conocimientos específicos, que interactúan constantemente: (1) el conocimiento táctico-técnicoespecífico; (2) el conocimiento específico relacionado con las habilidades técnicas; y (3)el conocimiento específico relacionado con la autoy hetero-interpretación de un proyecto colectivo de juego (Modelo de Juego Adoptado). Modelo que Guilherme Oliveira (2003, cit. Por Tavares, 2003) entiende como «una conjetura de juego«, un “modelo esencialmente mental» del entrenador y que es constituidopor principios que se articulan entre sí, dando lugar a una cierta manera de jugar con patrones de comportamiento en los cuatro momentos del juego «(organización ofensiva, organización defensiva, transición defensa-ataque y transición ataque-defensa). En palabras de Valdano (1997: 134), es «un lugar que sólo él [el entrenador] conoce. Una visión definida (clara) del futuro que precisa necesariamente de estaciones intermedias” porque él la construye poco a poco/gradualmente. Mourinho (1999, cit. Por Faria, 1999) ilustra un ejemplo de cuando trabajó con Van Gaal en el Barcelona: “una primera fase de pre-temporada, jugando en posiciones completamente rígidas, completamente estáticas, en la que cada uno realiza sólo aquello que le compete/su responsabilidad, y una fase más avanzada es cuando empezamos a llegar al intercambio de posiciones, y este intercambio de funciones, que en un principio es un intercambio entre dos jugadores y después en una fase más adelantada hablamos de cuatro y de seis jugadores haciendo rotaciones entre si.»

Ferreira (2005) también alude a la necesaria progresividad: «El Braga es un equipo que (…) tiene estabilizadoun modelo de juego que, dependiendo de las circunstancias y del resultado no va a cambiar! Ahora el Braga y yo, en el marco de mi competencia y la capacidad de los jugadores,va a intentar evolucionar hacia otras estructuras tácticas «, lo que demuestra que, sin degenerar lo que es su filosofía básica, el modelo va siendo “regenerado” para tornarlo más rico, mas evolucionado en lugar de dejar que el tiempo lo sedimente para entrar en la degeneración.

Por consiguiente, es toda una lógica que tiene que estar subyacente/detrás de todas las formas de juego y posteriormente en el entrenamiento, que fluyeincondicionalmente las ideas que el entrenador ha diseñado o proyectado para su equipo.

Es decir, al iniciar este trabajo, partimos de la premisa de que no existe un fútbol, pero si varios balones de fútbol. Esto es porque, cuando observamos elfutbol del ‘top’, constatamos que en cada equipo existen patrones de juego asociados con diversos momentos y que resultande una construcción que se va haciendo durante toda la temporada en las sesiones de entrenamiento. Ahora, es este el lado patronizado de cada fútbol que es posible de ser objetivado y es, en cierta forma, cientificable. Frade (2003) afirma que «el fútbol (» de arriba «) no es un fenómeno natural, es construido», es decir, que el juego de calidad tiene demasiado juego (detalle, imprevisibilidad) para ser ciencia, pero es demasiado científico (organizado) para ser sólo un juego. Y según el mismo autor, son los principios y los sub-principios del juego, vistos como una patronizacion/normalización los que dan la forma de como se ataca, se defiende y se transita de un momento para otro que se encuentra el lado cientificable del fútbol. Lo científico del fútbol estaen la posibilidad de que él se construya, de los principios de juego serán asimilados y posteriormente probados el terreno de juego.

El juego retoma así las dos caras de una misma moneda, el ladoconstruido (de principios) y el lado natural (de imprevisible), pero que se manifiestan siempre estrechamente entrelazados entre si. Es decir, una cara no es ni puede ser vista como opuesta a la otra. La calidad del juego no es sólo orden ni sólo impredecible, el nace del equilibrio entre ambos, de una mezcla entrelazada que habita en la frontera entre el caos y el orden o, como refiereCarvalhal (2003, cit. Por Tavares, 2003), un » desorden ordenado, porque hay cambios de posición, hay cierta flexibilidad para que los jugadores se muevan, dentro de un determinado orden. Aquello que parece caótico a la vista, a veces no es, es organizado. “Valdano (1998: 118) también afirma que «todo en el fútbol, incluyendo la creatividad, necesita apoyarse en un orden», como Guilherme Oliveira (2003, cit por Tavares, 2003) que entiende que «nosotros [los entrenadores] debemos permitir toda la creatividad a los jugadores si esta creatividad es en función del equipo. Él conduce para servir mejor a su colega, que conduce a una mejor posición para rematar, ellos mismos hacen un pase que nadie espera para sacar ventaja (…), todo esto es bienvenido”. El mismo autor aclara esta simbiosis entre el orden y la imprevisibilidad con un ejemplo concreto al decir que «el exponente máximo de estoZidane, que hace las cosas de «forma antigua», pero siempre en función de sus colegas … es siempre para el equipo tomar ventaja de aquello que hacemos.”.

 

Un juego situado entre el caos y el orden

«Un entrenador debe saber exactamente lo que quiere para tratar de hacer frente, esto parece paradójico, esta frase, pero para hacer frente a lo imprevisible.»

Paulo Cunha e Silva (2003, cit. Por Tavares, 2003)

 

Tomando las palabras de Morin (1990: 129), «por suerte o por desgracia – el universo entero es un cóctel de orden, de desorden y organización. Estamos en un universo donde no se puede descartar lo inesperado, lo incierto, lo desconocido, el desorden. Debemos vivir y tratar este desorden. “Y en opinión de Dunning (1994, cit. Cunha e Silva, 1995), el juego es un acontecimiento de naturaleza caótica y especialmente sensible a las condiciones iniciales, sino que por tener también algo de construido, como se mencionó anteriormente, que se encuentra se situa en una » frontera «entre el caos y el orden. Cunha e Silva (2003, cit. Por Tavares, 2003) asume que debido a que el juego puede ser entendido como un sistema complejo, que según la definición del mismo autor es «un sistema que no puede ser caracterizado a partir de la reunión de las características y cualidades de sus partes constituyentes, y cuyo comportamiento no puede predecirse/ser previsto a partir de «las partes componentes”, por lo que escapan al “paradigma de la simplificación»(Morin, 1990) y no lineal porque todavía, aunque, sabemos la multitud de variables que lo componen continuamos siendo incapaces de predecir el resultado.

Dentro de los sistemas complejos no lineales Cunhay Silva (1995) consideran dos tipos: un sistema caótico, que es un sistema donde hay una extrema sensibilidad a las condiciones iniciales, y un sistema fractal que, aunque también existe esta sensibilidad, no hay una regularidad (principio del juego). Esto ocurre cuando hay un conjunto de fundamentos de comportamiento que son invariantes, ya sea en una escala colectiva, sectorial, intersectorial o individual (Tavares, 2003; Guilherme Oliveira, 2004). A continuación, se convierte en un sistema adaptativo complejo (Canyon, 1997) que se auto-organiza teniendo como coordenadas orientadoras los principios de juego de equipo. En la lógica del fútbol, Cunha e Silva (2003, cit. Por Tavares, 2003) opina que aquello que un entrenador desearía es ser un ‘fractalisador «, es decir, que el juego de su equipo seorganizasea partir de estas invariantes (principios) que se construyen en el ante-juego, es decir, en el entrenamiento. Esa es la razón por Guilherme Oliveira (2004) cree que el proceso de enseñanza-aprendizaje/entrenamiento del fútbol debe encajar dentro de una organización fractal a cuatro niveles: el nivel de los momentos de juego (organización ofensiva, organización defensiva, transición defensa-ataque y transición ataque-defensa), el nivel del modelo de juego (los principios, sub-principios y los sub-principios de los sub-principios);a nivel de especificidad (su ubicuidad) y a nivel de modelización de ejercicios (deben reflejar el juego que se quiere o se desea).

Por lo tanto, las particularidades de la forma de jugar de un equipo incorporan un determinado orden que se deriva de los principios y los sub-principios ya asimilados, sin embargo esto hace que la complejidad propia del ser humano sea, como veremos más adelante, un proceso muy delicado.

Las perversidades del exceso de orden – La orden «castradora»

«Es que el orden tiene una vocación de prohibir y poco a poco irá apagando los subversivos que se atreven a imaginar cosas que no estaban previamente elaboradas»

Jorge Valdano (1998: 27)

 

Esta necesidad de imprimir una determinada organización en el juego no significa sin embargo que la aspiración de los entrenadores deben residir en la interminable búsqueda del orden, en la mecanización (formatear) del juego y de los jugadores…¡todo lo contrario!

En los últimos años, asistimos a una particular obsesión, por parte de muchos entrenadores,en enfatizar demasiado el lado del orden, marginando auténticamente el lado de la creatividad/imprevisibilidad y los jugadores que la poseían. Valdano (1998: 27) se refiere al respecto del orden que “resulta difícil encontrar un equilibrio, hay muchos entrenadores que se exceden y lo toman (el orden) como punto de partida y de llegada». En este caso no podemos decir que este juego se basa en principios, sino en reglas porque no hay lugar a la excepción. Esto nos lleva al hecho de que, en una lógica de juego equilibrada (de calidad), el concepto de «principio de juego” es absolutamente pertinente y necesario. Tomando como base el diccionario de Porto Editora, un principio es «lo que el espíritu descubre cómo primeroen términos de su análisis, o que ponecomo punto de partida de un proceso sintético; aquello dedonde se derivan otras cosas, o le sirve como norma directriz. Desde el punto de vista que defendemos por la creación de futbolistas de calidad, que es el de «principios de juego» está detrás de la lógica de que ellos (los principios) no destruyen el lado marginal, el de «no regla». Cruyff (2004) menciona a este respecto que «Mi preocupación va para los jugadores que son formateados en el entrenamiento y presentan capacidades técnicas mediocres», es decir, donde el lado de la imprevisibilidad les está alienado o lo que es lo mismo castrado.

Pero no debemos olvidar que si el orden es llevado al extremo es mutilador y empobrecedordel propio juego, también la falta de éllo deteriora. Valdano (1998: 124) deshace este error cuando dice que «hay que aclarar que [jugar bien] no significa tocar de taquito, «sombreros»y»túneles», pero si darle [la pelota] a un compañero en condiciones mínimamente favorables», por tanto, el orden debe estar presente. A Los entrenadores les cabe entonces inducir y gestionar las relaciones tan inestables que se establecen entre el orden y la imprevisibilidad, o mejor aún, para catalizar una relación productiva entre el orden y el caos. La imprevisibilidad tiene que “apoyarse” en una intencionalidad que tiene que ver con la forma de jugar del equipo, por lo que no cede ante los principios, sólo les da una diversidad/variedad de expresión diferente. Como lo expresade una forma simple Couto (2002, cit. por Oliveira, 2002) «Debe haber un término medio, no pueden ser sólo esquemas [principios], también es importante dejar un margen para la creatividad. En mi manera de ver, no deben bloquear completamente al jugador.

«Es entonces difícil el proceso de construcción de una forma de juego consistente/coherente, pero con un respeto permanente por el orden y el caos dialéctico, que esta obra o trabajo trata en su esencia.

 

Recopilado de un artículo Publicado por la

UNIVERSIDAD DE OPORTO

Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física

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