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La importancia de crear y desarrollar un modelo

“(…) El éxito en el fútbol tiene mil recetas. El entrenador debe creer en una, y con ella seducir a sus jugadores” (Valdano, 1998: 210)

Como ya mencionamos, la finalidad del sistema es decir, el modelo de juego

le da un determinado Sentido al desarrollo del proceso frente a un conjunto de regularidades que se pretenden observar. Así, el modelo permite responder a la pregunta: ¿para dónde vamos?

La relevancia (importancia) de esta cuestión nos parece fundamental para desarrollar un proceso determinado “el juego” es decir, para un proceso Intencional. A partir de ello se crea un conjunto de referencias que definen la organización del equipo y los jugadores en distintos momentos del juego.

De este modo, el modelo orienta el proceso hacia un juego concreto a través de los principios colectivos e individuales en función de lo que es pretendido. En este sentido, es desarrollar un juego específico y no un juego cualquiera.

Destacando la importancia de este Modelo de juego, Vítor Frade (2004)

dice que el juego es una organización construida por el proceso de entrenamiento, de cara a un futuro que se pretende lograr. Así, aclara, que el

proceso configura el juego haciendo brotar ciertas regularidades en el comportamiento del equipo y los jugadores.

Reforzando esta lógica, Guilherme Oliveira (Anexo 1) establece que es a través de los principios del modelo de juego que se desarrolla la Organización olectiva

e individual de los jugadores y que se manifiesta en un patrón de comportamientos que el entrenador proyecta para del equipo.

En este entendimiento, el modelo envuelve la operacionalización (la puesta en práctica) de los principios acción de los jugadores en diferentes momentos del juego. Por lo tanto, este concepto de modelo de juego no se reduce, simplemente, a una idea general, tratándose, sobre todo, de configurar (darle forma) las interacciones de los jugadores. Reforzando este lado pragmático

del proceso, Vítor Frade (2003 en Martins, 2003: III) establece que “más

importante que la propia noción del modelo, son los principios del propio

modelo” una vez que no todos asumen la misma importancia ni son

operacionalizados (puestos en marcha) de la misma manera.

Por lo tanto, la configuración del modelo resulta de la articulación y desarrollo de los principios para que el juego adquiera (obtenga) una identidad determinada. De esta forma, define una calidad de comportamiento promovida por los principios de acción sobre los cuales el entrenador y los jugadores analizan e interpretan los hechos del juego y de desarrollo del proceso. Por lo tanto, es a través del modelo que se concibe (se diseña) y evalúan las intenciones y los acontecimientos de todo el proceso haciendo lo que se pretende (Le Moigne, 1994).

Después de esto, Guilherme Oliveira (2004) afirma que el Modelo es

fundamental para diseñar y desarrollar una proceso coherente y Específico

preocupado en crear un tipo de juego. Con esta lógica, resalta que la construcción de del proceso de entrenamiento-competencia debe apoyarse en una determinada articulación de Sentido condicionando así los procedimientos y decisiones del entrenador y los jugadores. Por lo tanto, no existe un modelo de juego único, porque cada entrenador tiene sus ideas y por lo tanto, determinados objetivos (comportamentales) de comportamientos para el equipo.

Además de esto, la forma como los objetivos son interpretados y concretados por los jugadores condicionan el desarrollo del propio modelo. Así, los principios adquieren una configuración en función de las particularidades que envuelven al equipo y que hacen la evolución del proceso muy particular (muy singular).

También en este contexto, creemos que es importante destacar las

características de los jugadores, ya que son determinantes en la propia concretización de los principios de juego. En este sentido, imaginémonos un

equipo tiene como principio ofensivo circular el balón por los tres corredores.

Sin embargo, el modo cómo este principio se aplica depende de la interpretación, características y capacidad de los jugadores, o sea, si presentan un buen juego posicional, una buena calidad de pase y recepción, si se exploran los espacios. Por lo tanto, si en un equipo los jugadores no tienen calidad de pase y recepción o si los jugadores tienen dificultades para el juego largo entonces, predominaran los pases cortos y por lo tanto, la realización de este principio acontece con esta configuración. Sin embargo, en otro equipo, con jugadores con calidad en el pase de media larga distancia, la circulación de la pelota no se limita al juego corto permitiendo cambios rápidos en los pasillos o corredores. Por lo tanto, este mismo principio es condicionado por las características de los jugadores. Teniendo en cuenta esto, podemos señalar que los principios son creados por los jugadores y el equipo que debe ser un añadido creativo a la calidad del juego.

 


Extractado de “EL DESARROLLO DEL JUEGO, DE ACUERDO A LA PERIODIZACIÓN TÁCTICA”, Marisa Silva

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