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Relación entrenamiento-aprendizaje-hábitos

«Los entrenadores tienen sus ideas sobre cómo deberían evolucionar los jugadores sobre el terreno, pero es necesario que cada uno sepa desempeñar su tarea con los ojos cerrados, si fuese el caso.»

Louis Van Gaal (1998)

Como se mencionó anteriormente, el conjunto de principios de juego interiorizados por un determinado jugador constituyen sus conocimientos específicos relacionados con la auto-heterointerpretación de un proyecto colectivo de juego. Pero, ¿qué será lo que estos conocimientos asimiladossignifican para nuestro cerebro? ¿Cómo es que ellos pueden ser asimilados? ¿De qué forma se encuentran dispuestos allí y cómo es que son recuperados por nuestro cerebro para expresar una determinada identidad de juego en particular?

Para entender el proceso extremadamente complejo que conduce a la confrontación y posible asimilación de la situación, en primer lugar, debemos definir algunos conceptos claves como son conocimiento, memoria y aprendizaje.

Según Eysennk y Keane (1994), el conocimiento puede ser considerado como la información que es representada mentalmente en un formato específico y estructurado u organizada de una determinada forma. Sin embargo, en la situación es bueno subrayar y observar de Damasio (1994) que «el conocimiento no es una representación única de la realidad, sino una construcción auto-heterode la realidad», la tal interpretación del objeto de que Piaget hablaba. Una determinadarepresentación de la realidad que para Damasio (2000) consiste en un patrón «siempre relacionado con alguna cosa”, con algún objeto específico, por ejemplo, un principio de juego determinado. Esta representación existe en nuestro cerebro como «un conjunto de actividades neuronales, que forman el potencial de actividades, que se activan ante una determinada situación consciente o no consciente y que puede o no, ser «imágenes mentales». Este concepto de «imagenmental», significa algo que es construido por el cerebro, un «patrón deconexiones” creado a través de nuestras modalidades sensoriales para ser representado en la «mente»,es ahora aceptado como el más apropiado para ser reportado al formato del conocimiento (Damasio, 1994, 2000). Pero a su vez, la «mente» es, según el mismo autor, esencialmente un proceso, un flujo continuo de imágenes mentales que se pueden ser ordenadas y «manipuladas» durante un pensamiento.

 

Resumiendo, cada imagen mental creada por un determinado sujeto/jugador tiene algo de sí mismo en ella y, como vimos con el modelo de juego es «una conjetura del entrenador”, está sujeta a las interpretaciones de los jugadores (Guilherme Oliveira, 2004), pero que a su vez dependen de sus experiencias anteriores, de sus capacidades cognitivas, de las perspectivas y de sentimientos y emociones asociadas a los momentos en que la confrontación ocurre (Damasio, 1994). Esto nos lleva ahora a la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje/entrenamiento en la cual se pretende que más de 20 jugadores tengan una representación nunca igual (porque, como hemos visto, es imposible), pero lo más aproximada posible al futuro que se pretende llevar a cabo (el jugar de una determinada forma o manera), con respeto por los principios de juego que lo sustentan, no obstante el carácter, las ideas y las experiencias anteriores (del pasado) de cada uno.

En cuanto a los conceptos de memoria y aprendizaje, ellos aparecen siempre estrechamente asociados. Según Jensen (2002) “El Aprendizaje y la memoria son dos caras de una misma moneda. No se puede hablar de uno sin hacer referencia al otro. Después de todo, si se aprende algo, la única evidencia de este aprendizaje es la memoria» que, a su vez, tiene como substrato los conocimientos.

Hay básicamente dos tipos de memoria: la memoria explícita y la memoria implícita (Jensen, 2002; Nava, 2003). La memoria explícita (o declarativa) nos permite aprender acerca del mundo: adquirimos conocimientos de personas, lugares y cosas accesibles a nuestra conciencia. Por su parte, la memoria implícita (la procedimental), nos permite aprender cómo hacer las cosas: adquirimospericias (habilidades) motoras o de percepción que no son accesibles a la conciencia. De acuerdo con Nava (2003) la memoria implícita es característicamente automatizada o reflexiva por lo que no recurre a losmecanismos de la conciencia, ya sea para su formación, que es más lenta, como para su recuperación.

El aprendizaje contiene simultáneamente elementos explícitos e implícitos, mas, por medio de repetición sistemática (constante), memorias explicitas pueden transformarse en implícitas (Nava, 2003). Es decir, en el entrenamiento, cuando confrontamos los jugadores con un ejercicio expuestoa la aparición de un comportamiento determinado que tiene que ver con nuestra forma de jugar, establecemos objetivos y estos objetivos pasan a figurar (seincluyen) en su memoria explícita. Si estaejercitación se torna sistemática y cualitativamente adecuada ella, potencialmente,podrá pasar a la memoria implícita. Si esto sucede, se desarrolla una manera de actuar (jugar) cuya respuesta es automática, decimos que lo hacemos «sin pensar», se convierte en un hábito. Un hábito es por esto, como lo refiere (Faria, 2002 cit. En Resende, 2002), un saber-hacer que se adquiere en la acción.

 

 

Extractado de

Trabajo de Monografía realizado en el marco del 5 º año de la licenciatura en Deporte y Educación Física.

Asesor: Dr. Víctor Fraile

Autor: Miguel Augusto LopesDías

Diciembre 2005

 

UNIVERSIDAD DE OPORTO

Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física

La construcción de un fútbol.

Las preocupaciones en lo que se refiere a la relación entrenamiento-hábito dentro de una lógica de Periodización Táctica / Modelización Sistémica?

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