Artículos

Miedos y presiones en el fútbol

¿Quién dice que es fácil?

Los futbolistas que logran vivir de esta profesión son sólo un puñado de los miles que quedan en el camino, y cuando llegan, deben mantenerse para no ser olvidados. Sus ritmos de vida no suelen ser los del trabajador “normal”. Si bien es cierto que el fútbol da la posibilidad de obtener una suma importante de dinero en poco tiempo, no es menos cierto que la mayoría de las veces es por poco tiempo.

Cuando el jugador logró pasar por los agujeros del colador que fueron las inferiores, categoría a categoría (especialmente a la edad de 14-15 años), y en el momento que firmó su primer contrato, le llegó la hora de lidiar con los miedos y presiones diferentes: no pesa tanto ya el temor de no “ser parte de”, sino la preocupación de “cómo seguir siendo parte de”.

Los miedos más comunes suelen ser:

  • A perder
  • A fracasar
  • A ganar
  • A tener éxito
  • A equivocarse
  • A arriesgarse
  • A ser rechazado por el DT o grupo
  • A lesionarse
  • A hacer el ridículo
  • A la competencia (miedo escénico)
  • Al rival
  • A lo desconocido, nuevo, insólito
  • A estar nervioso en el juego
  • A no poder resolver
  • A no poder dormir la noche anterior al partido
  • A no poder dar vuelta un resultado
  • A hablar con el técnico
  • A que lo separen de los titulares
  • A no imponer respeto
  • Arrancar mal el partido
  • A errar un penal
  • A hablar con los compañeros en el partido
  • A ser rechazado por el entorno (familia, amigos, novia, empresarios)
  • A no poder recuperar la titularidad
  • A enfermarse
  • Al mal arbitraje (al castigo)
  • Al impulso (la expulsión)
  • Al futuro
  • A perder lo ya logrado

A su vez, los futbolistas sufren diversas presiones antes, durante y después del partido. Las más comunes pueden ser:

  • De los árbitros
  • Del entrenador, cuerpo técnico y/o médicos
  • De la prensa
  • Autoexigencias internas
  • De los resultados (positivos o negativos)
  • De los padres, familia o  pareja
  • De los rivales
  • “Presión social” (exitismo de nuestra cultura)
  • Del representante o intermediario
  • Del sponsor
  • De los hinchas (banderas, insultos, cantos)
  • De los dirigentes
  • De la situación económica del país (lo que lleva a la necesidad de ganar dinero pronto)
  • De sentir que hay que dar explicaciones cuando uno se equivoca en el juego
  • “Su” club está peleando el descenso
  • Por ser titular
  • La posibilidad de ser transferido a un club más grande o ser convocado a la selección de su país.

Cada uno de los factores que inciden en el rendimiento que exceden la capacidad técnica y a su vez la condicionan, podrían ser disparadores de análisis más profundo. Pero, a pesar de que no seamos competentes en sicología deportiva, es trascendental estar dotado de un criterio humano que permita entender en primer lugar a la persona, para que luego se desarrolle como jugador. El entorno de este (periodistas, cuerpo técnico, dirigentes, hincha, representantes, familia, etc.) no debería emanciparse de tal responsabilidad.

Deja una respuesta