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Lesiones Musculares (parte 2)

Puntos principales que se incluyen en el artículo:
Zonas de ubicación mas frecuente
Tratamiento y prevención de las lesiones Musculares
Beneficios de una movilización temprana
Conclusiones.

DESARROLLO
Tratamiento de las Lesiones Musculares

Las zonas más comunes de ubicación de las lesiones musculares son:
1. Cuádriceps. (Principalmente el Recto Anterior del Muslo).
2. Isquiotibiales (generalmente proximal)
3. Aductores (principalmente el Medio y el Menor).
4. Tríceps Sural (preferentemente el Gemelo Interno en su tercio medio).

 

Objetivos del tratamiento de las lesiones musculares

Disminución del dolor y la Inflamación.

Tanto el espasmo como el proceso inflamatorio son generadores de dolor en la zona lesionada. La liberación de sustancias químicas mediadoras de la inflamación debe ser disminuida de inmediato para poder llevar a cabo un proceso de reparación efectivo.
El cumplimiento de este objetivo debe comenzar lo más precozmente posible, siendo lo ideal el momento mismo de la lesión. Para ello la inmovilización de la zona, su compresión, y el enfriamiento de las estructuras lesionadas (con su elevación de ser posible y necesario), son las indicaciones por excelencia.
La Crioterapia aplicada de manera inmediata después de la lesión actúa sobre la lesión primaria (el tratamiento propiamente dicho), reduciendo el metabolismo celular y permitiéndole a las células dañadas sobrevivir al período de hipoxia causado por los daños vasculares. Como resultado entonces tendremos una menor cantidad de tejido lesionado, un hematoma menor, menor cantidad de inhibiciones reflejas y un inicio más precoz de los procesos de reparación.
Las maniobras de Drenaje Linfático y disrupción mediante el puño-presión, al igual que la Presoterapia, favorecerán para el drenado y la posterior reabsorción del edema consecuente con la lesión.

Normalización del hipertono.

Para lograrlo es preciso inhibir la función de los Receptores Musculares Libres los cuales son los encargados de informar todo tipo de captación de dolor generando un hipertono de defensa Gamma.
La aplicación de agentes físicos tales como los Ultrasonidos o las Corrientes Eléctricas Analgésicas (T.E.N.S., Ondas Interferenciales, Diadinámicas, etc.) aportan un gran beneficio para la disminución del espasmo muscular. Inclusive la Crioterapia es beneficiosa para tal efecto.
Las técnicas de elongación mediante Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (P.N.F.) aplicadas hasta el punto de dolor permiten una gran relajación refleja el músculo espasmódico.
También el masaje descontracturante de la región es un buen método para la disminución del hipertono.

Flexibilización de la cicatriz.

La producción de la cicatriz de reparación es un proceso genético el cual no podemos modificar; pero podemos lograr moldear esa cicatriz evitando la formación de fibrosis retráctiles y/o dolorosas que afectarán posteriormente las capacidades funcionales del músculo afectado. El trabajo de la misma de manera rápida (a partir del 6º o 7º día) nos asegurará una recuperación funcional total de la zona lesionada.
La utilización de Ultrasonidos por su acción mecánica (principalmente los de 1MHz) a intensidades elevadas, las técnicas de P.N.F.; y el Masaje Transversal Profundo de Cyriax ayudarán en la preparación de una cicatriz flexible, de buena estructura para los trabajos posteriores.

Entrenamiento propioceptivo.

La actividad propioceptiva desarrolla un papel fundamental en la actividad muscular y deportiva. El control selectivo en el reclutamiento fibrilar, la selectividad del grado de contracción, la coordinación intra e intermuscular, las reacciones de equilibrio y defensa, etc., son todos ejemplos de la importante participación de este sistema de aferencias nerviosas en la actividad muscular. La lesión total o parcial de sus estructuras distribuidas a nivel de la fibra muscular es un determinante de la alteración funcional de este sistema el cual es necesario volver a poner al 100% de sus condiciones si queremos evitar trastornos posteriores.
Ejercicios en Cadena Cinética Cerrada, al igual que cualquier otro que favorezca la co-contracción (P.N.F.,Kabat, etc.); mejorarán los mecanismos propioceptivos de contracción inter e intramuscular.

Fortalecimiento de la zona lesionada.

Como dijimos anteriormente, una vez formada la cicatriz, difícilmente vuelva a romperse. El tejido conectivo que la forma una vez organizado es capaz de soportar mayores tensiones que las que puede soportar el músculo en condiciones normales. Los cambios de tensión que se generen en la zona reparada serán entonces bien tolerados por esta zona de reparación pero no por las fibras musculares periféricas a la reparación, las cuales se ven también afectadas en su funcionalidad a pesar de mantener su integridad estructural. El desarrollo de la fuerza y de la flexibilidad de las fibras periféricas a la lesión intentará evitar la posible aparición de recidivas en esta zona.
El entrenamiento de la fuerza por medio de Contracciones Excéntricas es subjetivamente más fácil de conseguir para el atleta; permitirá un mayor desarrollo de tensión muscular específica; y por otra parte las tensiones generadas sobre la cicatriz por este mecanismo actúan sobre la misma disminuyendo su fuerza retráctil.
Además, analizándolo biomecánicamente, la musculatura con más predisposición a éste tipo de lesiones (Isquiotibiales, Aductores, etc.), son solicitados mayormente en acciones en las que desarrollan funciones de estabilización y control de movimientos, acciones todas que se desarrollan excéntricamente.

LESIONES RECIDIVANTES.

La aparición de recidivas está indicando indirectamente -en la mayoría de los casos-, una recuperación insuficiente o llevada a cabo por personal no capacitado para tal fin (entrenadores, PEF, masajistas, etc.).
Muchas veces, con la mejor de las intenciones y considerándose capaces de realizar este tipo de trabajos, los mismos preparadores físicos llevan a cabo estos procesos; lo cual no hace mas que atentar contra la salud y la recuperación del deportista.
La especificidad de las formaciones profesionales (sin analizar las cuestiones legales) y las altas exigencias deportivas de hoy en día hacen necesario que en un grupo de trabajo deportivo cada uno de sus integrantes atienda sus incumbencias, desarrollando específicamente su trabajo y actuando en forma mancomunada para el beneficio del plantel deportivo, siempre dentro de un marco de respeto y sin invadir campos profesionales ajenos.
Así, la búsqueda y mantenimiento de la forma deportiva debe ser realizada por el Preparador Físico y el mantenimiento de la salud y la prevención / tratamiento de las lesiones deportivas debe ser atendida por el Cuerpo Médico (Médico y Kinesiólogo)
Cada una de las lesiones anteriormente nombradas puede recidivar y/o complicarse si se las minimiza y no se respetan como lo que realmente son.
Todas pueden evolucionar hacia su forma inmediata superior, esto es que una simple contractura puede transformarse en una distensión micro-fibrilar y hasta puede provocar un desgarro.
La pronta reincorporación del deportista lesionado, predispone a la zona lesionada a sufrir una nueva aparición de la afección. Esto se debe a que no siempre se prueba al deportista durante el trabajo diferenciado a intensidades máximas antes de pasarlo a trabajar con el resto del grupo donde las exigencias se verán incrementadas.
Aquí juega un papel fundamental las diferencias histológicas de los tipos de fibras musculares ya que las fibras blancas son las que sufren la mayor cantidad de recidivas debido a sus características histo-funcionales.
La falta de estímulo específico hacia este tipo de fibras durante la última fase de la recuperación -la fase de campo- es un error común a la hora de programar un proceso de recuperación muscular. Solamente basta con pensar cuantos casos se conocen de deportistas que sufren una y otra recaída ante el primer intento de aceleración o de un gesto explosivo dentro del campo de juego.
Habitualmente se sobrecarga al deportista lesionado dentro de un gimnasio a fin de obtener un “fortalecimiento” de la zona lesionada, de la cicatriz. Cabe recordar que una vez establecida la cicatrización de la ruptura, es prácticamente imposible que esa cicatriz ceda o se rompa nuevamente. Lo que sí se puede lesionar es el tejido periférico a la primera zona de lesión como consecuencia de la falta de fuerza para soportar las tensiones que se generan en la zona fibrótica ante una contracción violenta. Y es por ello que si es indicación fundamental el refuerzo muscular de la zona. Pero esto solo no es suficiente. Es preciso activar funcionalmente y de manera específica las fibras lesionadas.
La retracción fibrótica de una cicatriz mal formada, el acortamiento muscular, la hipotonía, el disbalance muscular agonista/antagonista, y la falta de entrenamiento específico de la zona lesionada son los principales factores recidivantes de las lesiones musculares.

BENEFICIOS DE LA MOVILIZACIÓN TEMPRANA.

La pronta movilización de los tejidos lesionados estimulará a una rápida regeneración tisular.
El trabajo aeróbico debe de comenzarse inmediatamente ni bien lo permita el dolor mediante períodos de trote (o en su defecto, marcha o bicicleta) durante 20’ a 30’. Esto favorecerá un aumento de la neo-formación de capilares sanguíneos los cuales permitirán el aporte de nutrientes y oxígeno a la zona en reparación, como así también una mayor posibilidad de eliminación de células necrosadas y desechos metabólicos.
La mayor velocidad de producción de tejido de granulación y tejido cicatrizal será consecuencia de la rápida estimulación provocada por el movimiento tisular.
El trabajo mecánico normal de las estructuras en reparación será el elemento indicador para que los depósitos fibrilares de colágeno tomen una ubicación coherente con las líneas de tracción y compresión a las cuales se ve sometida la zona lesionada, mejorando de esta manera la orientación de las fibras cicatrizales.
La rápida organización del tejido de cicatrización; el paralelismo del colágeno depositado; y el consecuente aumento de las fuerzas tensoras, permitirá desarrollar una mayor capacidad de asimilación de los cambios de tensión que las diferentes acciones musculares producen durante sus procesos de contracción-relajación o entre contracciones concéntricas, excéntricas y/o estáticas.
Por otra parte, se minimizará el riesgo de la aparición de atrofias por desuso.

CONCLUSIONES.

Las lesiones musculares poseen una alta incidencia en la práctica deportiva del fútbol. Es por esta incidencia que se debe actuar con profesionalidad a la hora de su tratamiento.
El diagnostico inmediato mediante una clínica exhaustiva y responsable permite llevar a cabo un tratamiento acorde a las necesidades del deportista.
El tratamiento inmediato mediante la crioterapia y la compresión favorece la evolución inicial. El tratamiento posterior debe ajustarse específicamente a cada caso en particular, debiendo siempre ser ejecutado por personal idóneo y específicamente formado en el área de la rehabilitación.
El tratamiento debe basarse en el conocimiento y comprensión de los estadios biológicos de la lesión.
El tiempo de inactividad debe controlarse en base a la sintomatología del deportista, y dependerá del grado de lesión inicial; sin embrago debe aprovecharse al máximo la capacidad residual funcional del deportista.
La actividad coherentemente precoz favorecerá a la invaginación de capilares en la zona de lesión permitiendo un tejido de granulación y cicatrizal más temprano y efectivo.
Por otra parte, se evitarán retracciones cicatrizales y atrofias musculares que, junto con la perdida de la forma deportiva, podrán ser causales de posteriores recidivas.
El respeto por el tiempo de recuperación y un tratamiento correcto permitirá al deportista una pronta reinserción a la actividad con el mínimo riesgo y la mayor efectividad.

Autor: Lic. Sergio Gabriel de San Martín
Kinesiología y Fisiatría – MP N° 261
Prof. Nac. De Educ. Física
Cátedras de Kinesiología Deportiva,
Fisioterapia I y II – UAI. Sede Rosario.
CRED SRL. Centro de Rehabilitaciones
Especiales y Deportivas – Rosario.
Integrante del Cuerpo Médico
del Club Tiro Federal – Rosario.

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